AGENCIAS-Madrid/Girona
El Real Madrid del año 2000 saludó el comienzo de la temporada
rodeado por los augurios positivos de una esforzada victoria sobre
el Bruguer Joventut y la confianza de unas gradas que, por primera
vez desde la reapertura del pabellón de la Ciudad Deportiva,
rozaron el lleno para disfrutar del baloncesto.
La visita del conjunto verdinegro y la presentación en sociedad del proyecto acaudillado por el italiano Sergio Scariolo consiguieron que, por fin, los madridistas contasen con el respaldo de 5.000 espectadores. La recompensa para todos ellos consistió, pese a tratarse de la primera jornada, en un choque con todos los ingredientes que se esperan de un Real Madrid-Joventut.
La Liga no ha hecho más que empezar y tanto Scariolo como Alfred Julbe tienen que pulir muchas cosas, pero este año el campeonato ha echado a andar sumido en una especie de euforia colectiva que se ha dejado notar en todos los partidos del fin de semana. En el de la Ciudad Deportiva también.
El Real Madrid, que ya ha empezado a mostrar los síntomas del cambio en el banquillo, se apoderó del juego en la primera parte. La velocidad de Keith Jennings y la solidez de Crawford Palmer sentaron las bases de una clara hegemonía blanca que se prolongó hasta el descanso merced a un completo trabajo defensivo y mucha paciencia para buscar las mejores opciones de ataque en cada posesión.
A medida que avanzaba el partido los locales se afianzaron
debajo del aro y acabaron por agotar los recursos verdinegros
frente a su cesta.
El Pamesa Valencia, por su parte, abrió con una victoria contra el
Tau Cerámica por 92-85 la nueva temporada, en un encuentro en el
que se midieron los dos últimos campeones de la Copa del Rey, y que
no fue todo lo bueno que cabía esperar, ya que se notó en exceso la
falta de ritmo en competición oficial. La primera parte del choque
estuvo marcada por la igualdad y los fallos sucesivos en ataque de
uno y otro conjunto, propiciados más por el bajo estado de forma
que todavía acusan los jugadores en este inicio de temporada, que
por las buenas defensas.
El Casademont Girona del mallorquín Alzamora consiguió ante el Caja San Fernando su primera victoria del campeonato de la ACB (82-75), con un juego radicalmente distinto al de los últimos encuentros de la pretemporada y al jugado ante el TDK Manresa esta misma semana, en la semifinal de la liga catalana.