Cuatro puertos de montaña serán los jueces o verdugos de las aspiraciones de todos aquellos que pensaban en desbancar al alemán Jan Ullrich (Telekom) del primer puesto de la clasificación general de la Vuelta 99 antes de llegar a la contrarreloj individual del penúltimo día, en las que sus opciones se reducen al mínimo.
Esa decimonovena jornada de la Vuelta se disputará desde San Lorenzo de El Escorial hasta Avila, con 184'6 kilómetros de recorrido y cuatro altos puntuables, uno de tercera, otro de segunda y dos más de primera categoría.
La primera dificultad de la jornada se la encontrarán pronto los corredores que todavía continúan en carrera, en el kilómetro cinco, el Alto de la Cruz Verde, de tercera, y no será hasta las inmediaciones del 110 cuando tengan que ascender las rampas del primer primera categoría del día, el de Pedro Bernardo y, casi a continuación, el segundo de esa misma categoría, Serranillos, mientras que el Puerto de Navalmoral, de segunda categoría, lo afrontarán a escasamente veinte kilómetros de la línea de llegada.
Los desniveles de los dos primeras categoría, Pedro Bernardo y Serranillos, no sobrepasarán en ningún momento el seis por ciento y la media de ambos ira desde los 4'4 del primero a los 4'7 del segundo.
La llegada a Avila es una clásica de la Vuelta a España que se encuentra en las estadísticas de la ronda desde 1971, cuando ganó por primera vez el holandés Joop Zoetemelk, mientras que el último galardonado en tierras abulenses fue el francés Laurent Jalabert, hace dos años. En total han sido quince las ocasiones en las que se ha concluido una jornada en Avila.