El alemán Michael Schumacher regresará este fin de semana a la competición en el Gran Premio de Malasia, penúltima prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno, tres meses después de su accidente en el circuito de Silverstone, en el que sufrió una doble fractura de tibia y peroné.
Schumacher vuelve para ayudar a la escudería italiana Ferrari a conseguir el título mundial de constructores y a su compañero, el irlandés Eddie Irvine, el de pilotos, después de haber cambiado de idea la semana pasada, cuando tres días antes había anunciado que no disputaría las dos últimas carreras de la temporada.
Ferrari y Eddie Irvine se juegan el todo por el todo en el nuevo circuito de Sepang, escenario del Gran Premio de Malasia, en el que el finlandés Mika Hakkinen (McLaren MP4/14 Mercedes), con dos puntos de ventaja sobre el irlandés puede renovar el próximo domingo su título de campeón del mundo, para lo cual debería ganar la carrera y que su máximo rival no quede por encima del quinto puesto.
La incógnita reside en saber si Michael Schumacher será capaz de aguantar las 55 vueltas que habrán de darse al circuito de Sepang y en qué forma podrá ayudar en carrera a su compañero de equipo