El portero argentino del Mallorca, Germán Burgos, fue sancionado ayer con 11 partidos de suspensión por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol por el puñetazo que le asestó al delantero del Espanyol Manuel Serrano en la pasada jornada liguera. Competición, que aplicó el artículo 122.f en relación con el 123 del reglamento de la RFEF, multó al club balear con 165.000 pesetas y con medio millón al «Mono» Burgos por el mismo motivo.
El Comité de Competición situó en la «mitad superior» del abanico sancionador previsto para tales conductas, y dentro de esa gama impuso el menor castigo. El Comité abrió expediente el pasado día 23 y el Mallorca alegó, en defensa del jugador, que éste había sido objeto de «insultos que provocaron su reacción inopinada e injustificada». El RCD Espanyol, club al que se trasladó el escrito de alegaciones remitido por el Mallorca la Federación, negó los hechos y criticó las valoraciones médicas expuestas por el club balear. La resolución del Comité entiende como hechos probados, de los que hay pruebas videográficas, que Germán Burgos «propinó un puñetazo en la mandíbula al jugador del Espanyol Manuel Serrano» y que la acción se produjo «antes del lanzamiento de un córner y por tanto estando el juego detenido». Serrano sufrió una hinchazón e inflamación de la articulación temporo-mandibular y conmoción cerebral.