Los logros son de los osados. Carlos Capilla, profesor en Murcia, y Vicente Segovia, empresario deportivo, quisieron cruzar los Pirineos en moto de trial y lo hicieron. Nadie antes lo hizo. Además, cumplieron su segundo objetivo, batir el récord de altura en circulación con este tipo de vehículos. En la sección de apoyo del equipo estuvo el hermano de Segovia, Juan, en sustitución de Francisco Esquembre .
Capilla comenta que el récord de circulación en montaña se ha batido y esto ha consistido en «cruzar la cordillera a más de 2.000 metros de altura, pasando por un total de siete cumbres, de las que la más baja tenía 2.100 metros (Taga) y la más alta 2.700 metros, (Piesdes Llacs, en Andorra)». La Expedición Profinsa había pedido permiso para entrar en el Valle del Aneto que está protegido y finalmente la solicitud fue denegada. Allí Capilla y Segovia hubieran superado también los 3.000 metros. Respecto a las impresiones que les ha dejado la aventura, Capilla destacó que «vivir en la naturaleza tiene momentos buenos de relajación y otros momentos duros, sobre todo en las subidas ya que el trazado tenía inclinaciones muy difíciles y hemos sufrido muchas caídas. Los ríos, además, complicaban las jornadas de entre ocho y diez horas sobre la moto».
En cuanto a las anécdotas, ambos sonríen y afirman que «hay muchas» para enumerar. En una de las jornadas más complicadas a Vicente se le calló la moto a una poza y él con ella, todo el motor se llenó de agua y hubo que limpiar toda la máquina. Otra situación curiosa la protagonizó al subir una rampa en la que pegó un fuerte acelerón tal que la moto siguió sola hacia arriba de modo que quedó enganchada a la copa de un árbol. La naturaleza tiene recompensas como la oportunidad de ver una familia de buitres leonados que están en peligro de extinción, señala Capilla.