Carlos Ribagorda, jugador de la selección española de baloncesto para discapacitados intelectuales que ganó en los Juegos Paralímpicos la medalla de oro, sostiene que «al menos en baloncesto, tenis de mesa, atletismo y natación» España subió al podio en Sydney gracias a deportistas que no padecían minusvalía alguna.
Ribagorda publica un reportaje en el número 3 de la revista Capital, que saldrá a la venta hoy, viernes, en el que asegura que «de los 200 atletas españoles, por lo menos quince no tenían ningún tipo de incapacidad física ni intelectual». El objetivo, añade, era «ganar medallas y obtener más subvenciones», por lo que los deportistas «ni siquiera pasaron por controles médicos o psicológicos». «¿Quién se va a dar cuenta de este detalle en un encuentro que reúne a 4.000 atletas de 125 países?», se pregunta.
La Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales (FEDDI) ha anunciado tras conocer este reportaje que «emprenderá todas las acciones judiciales y demás que sean pertinentes y necesarias». España ocupó en Sydney el tercer lugar en el medallero final de los Juegos Paralímpicos, con 107 metales.
Carlos Ribagorda señala que una medalla en natación, dos en atletismo y la conseguida en tenis de mesa fueron «producto de la farsa». En este último caso, el deportista premiado padece un defecto en una pierna pero «la FEDDI le pagaba alrededor de 40.000 pesetas al mes para que no participase con los disminuidos físicos, sino con los intelectuales». Respecto a la medalla de oro en baloncesto, Ribagorda indica que España ya había ganado en 1998 el Mundial de Brasil y en 1999 la Copa Ibérica y el Campeonato de Europa con varios fichajes de jugadores sin discapacidad. En Sydney los fichajes fueron diez, afirma en el reportaje. Una carta firmada por el presidente de la ONCE y del Comité Paralímpico Español, José María Arroyo, les comunicaba en julio su selección para los Paralímpicos.