El FC Barcelona y el Valencia se juegan toda la temporada en una nueva final que pondrá el cierre al campeonato liguero el próximo domingo y que premiará al vencedor con una plaza en la Liga de Campeones. Los catalanes están a punto de culminar una temporada para el olvido en el primer año de Joan Gaspar como presidente de la entidad y, con la Copa del Rey como último recurso, tan sólo pueden aspirar al cuarto puesto de la Liga que les permitiría disputar las eliminatorias previas del máximo torneo europeo. Para el Valencia la importancia no es menor. Tras ser finalista durante dos años en la Liga de Campeones, corre el peligro de quedarse fuera de dicha competición si pierde en el Camp Nou.
El resto del interés de la jornada mira hacia la última plaza del descenso que queda por cubrir. Con Numancia y Racing ya en Segunda, Osasuna, Oviedo, Zaragoza y Valladolid buscan escapar de la quema. Los navarros son quienes peor lo tienen, aunque el hecho de jugar en Anoeta ante la Real Sociedad ha hecho destapar la suspicacias de los que hablan de la «globalización del fútbol vasco», ante una posible relajación de los guipuzcoanos ya salvados. El Oviedo se la juega en Son Moix ante el conjunto más en forma de la Liga, el Mallorca, que de la mano de Luis Aragonés aspira incluso al subcampeonato. El Zaragoza juega en La Romareda ante un Celta que no se juega nada. Al Valladolid sólo le descendería una carambola a cuatro bandas aunque su último partido ante el Real Madrid. Mientras, el Dépor busca ante el Málaga confirmar el segundo puesto en la liga.