El Real Madrid se apresta a intentar luchar por el título de Liga, después de un mal inicio de competición, contando con la ayuda que le puede prestar, como la temporada pasada, el general invierno en Europa, al paralizar la Liga de Campeones y concederle un tiempo precioso para pensar en la competición doméstica.
Salvando las distancias que van de un año a otro, la actuación del Real Madrid está siendo muy parecida a la de la pasada temporada, cuando tras clasificarse en la primera criba europea consiguió encadenar treinta puntos en Liga de treinta y tres posibles en once jornadas, con lo que cimentó el que después sería su vigésimo octavo título.
Tras un comienzo más que irregular en la Liga, el Real Madrid parece haber encontrado el camino adecuado tras la victoria en Villarreal y el triunfo ante el Barcelona, «algo más que tres puntos», según los jugadores, técnicos y aficionados madridistas.
Todavía queda un largo camino por delante, pues no obstante la desventaja con el Deportivo de La Coruña, actual líder, es de siete puntos y no es una diferencia baladí. Lo peor parece haber pasado para el Real Madrid, ya no se coquetea con la palabra crisis, ni se navega por las siempre turbulentas aguas de los puestos bajos de la clasificación.
Clasificado para la segunda fase de la máxima competición europea y con un grupo asequible, Panathinaikos, Oporto y Sparta de Praga, el equipo puede abrir un paréntesis y centrarse en otros objetivos.