El equipo del CB Puig d'en Valls diseñado por Tito Sobrín con el objetivo inicial de asegurar la permanencia en la recién creada "en julio de 2001" Liga Femenina dos, en el plazo de cuatro semanas pasó de ser un modesto a convertirse en uno de los referentes claros en la parte alta de la tabla de clasificación de la fase regular. El arranque era complicado. Equipos con experiencia y reforzados con figuras del baloncesto femenino en la máxima categoría y con experiencia internacional con la selección nacional absoluta "Stadium Casablanca, Symel Tenerife e Irlandesas UPV" se cruzaron en el camino del Puig d'en Valls.
El 'octubre rojo' que se prometía Sobrín, no pasó de un rosa suave ya que de cuatro posibles, el PDV consiguió tres victorias. La única derrota vino en la tercera jornada ante la 'bestia negra' del equipo ibicenco: Symel Tenerife.
La primera vuelta se cerró, tras un breve paso durante las fechas navideñas por el liderato "un regalo del Symel gracias a la jornada de descanso", en la segunda posición con ocho victorias y una derrotas, a manos de Symel. Los partidos con La Laguna (64-66) y con Irlandesas UPV fueron ajustados.
Tras el descanso de las vacaciones invernales, volvió de nuevo la liga en su tramo definitivo. Las lesiones, que ya habían aparecido meses antes con el grave percance de Mireia Bargalló [rotura de menisco y del ligamento cruzado anterior], mermaron el potencial del equipo. Sobrín tuvo que hacer frente, con imaginación en las aplicaciones tácticas y con paciencia en los entrenamientos, a la realidad del equipo: la falta de rotaciones obligaba a Montse Magre, a Jelena Zrnic, a Ana Boleda y a Anabel Jiménez ha estar muchos minutos en cancha. Sin embargo, la racha continuó. Las victorias sencillas ante el TNT Jovent y del Stadium Casablanca fueron la antesala del duelo definitivo con el Symel que el equipo tinerfeño venció, pero con mucho sudor. En el balance total de la temporada el equipo ha acumulado 4.000 minutos; 1566 puntos; 716 rebotas; 206 asistencias; 255 balones recuperados y 281 perdidos. El resto de la historia: un equipo de oro.