Efe JEONJU
La selección española, que se enfrentará hoy a Paraguay, comprobó
ayer en el estadio de la Copa del Mundo de Jeonju, que tendrá otros
dos obstáculos añadidos: el tremendo calor y la gran humedad.
El estadio, recién construido como el resto, es más cerrado que el de Gwangju, es como una pequeña «bombonera» para algo más de 40.000 espectadores, en el que la visión del campo es perfecta en todas las localidades.
Pero es más asfixiante. Los jugadores rompieron a sudar casi de inmediato y sus camisetas acabaron empapadas porque el calor y la humedad eran muy importantes.
España se ejercitó un poco después de la hora a la que se disputará hoy la contienda, las 18.00 horas locales, y se prevé que las condiciones sean incluso más duras. Por lo tanto, será importante la hidratación durante el partido e incluso la administración de esfuerzos para aguantar todo el encuentro. El gaditano Joaquín Sánchez, centrocampista del Betis, es uno de los que más debería estar acostumbrado a estas condiciones, pero también las ha acusado.
«Hace mucho calor y mucha humedad, y además el partido se va a jugar a las seis. Hace bastante más calor que el otro día (ante Eslovenia). Hay que aclimatarse lo antes posible e intentar superarlo. Nos hemos preparado bien y hay que afrontarlo», dijo el andaluz. Rubén Baraja, medio del Valencia, aseguró que el calor va a ser un factor «importante» en el transcurso del partido, pero que «no puede servir como excusa». «Nosotros debemos intentar llevar el ritmo del partido, y lo que tenemos que hacer es aclimatarnos pronto a las condiciones y al campo, pero no puede ser una excusa porque para ellos es lo mismo», afirmó el vallisoletano, a quien, en cambio, le gustó más el estado del terreno que el de Gwangju, porque está más corto y es más tupido, por lo que espera que el balón corra más.