A Van Gaal lo salvó un escorzo de Xavi en Valladolid en su primer ciclo en el Barça, pero lo que nunca imaginaba es que dos jugadores del Mallorca aplazaran su despido en la segunda entrega del holandés en el banquillo azulgrana. Las expulsiones de Novo y Etoo a poco del inicio le dejaron al grupo catalán un partido plácido, y a su entrenador unas vacaciones tranquilas.
Un partido tan equilibrado como el de ayer en vuelca por un error, por un fallo en la marca, por un mal despeje, por una genialidad. Pero nadie podía pensar que a la media hora el equipo de Manzano ya jugaría en inferioridad (con nueve) y que Kluivert y Overmars habrían finiquitado la cita con dos goles antes del descanso. Primero fue con la expulsión del centrocampista cordobés, que se encaró con Motta en una acción absurda y que acabó con sus huesos en el vestuario. Con el encuentro azuzado por la acción entre el andaluz y el brasileño, apareció Samuel Etoo para empeorar las cosas. El delantero camerunés perdió los nervios y sacudió al barcelonista en una acción que también le supuso la expulsión. Con nueve sobre la arena y con el Barcelona un punto por delante, el encuentro se tornó gris, imposible.
El segundo tiempo apenas sirvió para que la hinchada rojilla se divirtiera cuando el Mallorca engarzaba tres o cuatro pases de forma consecutiva y para que los catalanes ampliaran la ventaja de una forma considerable.
El entrenador del conjunto barcelonista, Louis Van Gaal, explicaba a la finalización del partido que «ha sido un encuentro muy difícil para preparar por todas las circunstancias que han existido durante la semana».
Para Van Gaal «ha sido una sorpresa este resultado tan abultado, a pesar de que creo que el Mallorca ha facilitado esta victoria. Con la actitud de los dos jugadores que han sido expulsados es imposible ganar». El holandés, interrogado por su futuro en el club, aseguró que «eso se lo debéis preguntar al presidente». El técnico se fue encendiendo a medida que avanzaba la rueda de prensa y quiso aclarar sobre unas hipotéticas declaraciones a un periodista de su país, en las que decía tener la sensación de tener las horas contadas en Barcelona: «Una vez es una manipulación de la prensa. Me parece una falta de respeto que se escriba algo sin haberlo oído, porque además no es cierto, yo no he dicho eso».
Mientras, Manzano calificó de «fraude» el partido porque «ha sido una estafa para el aficionado. Algunos deben entender que los protagonistas son los futbolistas y no esos agentes externos». «El linier tiene más peligro que un mono con dos pistolas; creo que ha sido el asistente con más protagonismo del fútbol español».
Por su parte, Novo declaró que «Motta acercó su cabeza a la mía y yo me lo quito de encima. Le dí un achuchón y nada más y luego el asistente me dijo que le dí un puñetazo. No entiendo nada».