El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Àngel María Villar, tiene previsto establecer contactos con Jaume Matas con la intención de que el entrante president del Govern de les Illes Balears medie en la resolución del caso Borrás.
Villar pretende esperar a la celebración de la Asamblea del próximo día 21, en la que los asambleístas no inhabilitados tienen previsto elegir a un nuevo presidente. Tras su celebración, y si se cumplen los deseos de los convocantes, el fútbol balear contará con dos presidentes en lo que supone un peligroso precedente. Fernando Talens, por un lado y como presidente de la junta gestora proclamada por Fernanda Caro, y por el otro el mandatario elegido por los asambleístas crearían una dualidad al frente del balompié del archipiélago.
La Española ya ha mostrado su malestar respecto al grupo dirigido por Talens y, además de no reconocerlo oficialmente, ha congelado las subvenciones hacia la FBF.
La idea de Villar no es otra que hacer que Jaume Matas, como nuevo inquilino del Consolat de Mar, intervenga de forma personal y directa, y reconozca la figura del presidente elegido por los asambleístas como único mandatario de la Federación Balear de Fútbol, deshaciéndose de la gestora que a día de hoy rige los destinos de los despachos de Son Malferit.De esta forma, el proyecto iniciado desde la Conselleria de Benestar Social no llegaría a buen puerto. Villar se limitará, de momento, a esperar acontecimientos para intervenir en el momento adecuado, e incluso no se descarta que pueda estar presente en la Asamblea del día 21 para apoyar al presidente que salga elegido en los salones de la calle Sócrates.
En ese momento, buscaría la ayuda de Matas para restablecer el orden vigente hasta la inhabilitación de Antonio Borrás del Barrio y el grueso de su junta directiva, proceso que se encuentra en manos del Tribunal Superior de Justicia de Balears y a la espera de la resolución de un recurso de súplica presentado por sus respectivos letrados tras serles negada la suspensión cautelar de la sanción interpuesta en un primer momento por el Comité Balear de Disciplina Deportiva.