José Antonio Diego|PARÍS
El aragonés Eliseo Martín dio a España la segunda medalla en los
Mundiales de París al conquistar, con la mejor marca de su vida
(8:09.09) la de bronce en una final de 3.000 metros obstáculos que
los africanos convirtieron desde el principio en una carrera de
locos.
Saif Saeed Shaheen, nombre qatarí adoptado a principios de año por el keniano Stephen Cherono, y su ex compatriota Ezekiel Kemboi se empeñaron en dinamitar la prueba desde el pistoletazo de salida y a punto estuvieron de pagar cara su intrepidez.
España obtuvo un rotundo éxito en un reino, el de obstáculos, que en los últimos 12 años sólo admite vencedores africanos. Eliseo Martín, más conservador que Luis Miguel Martín Berlanas, llegó más fresco al último kilómetro y se deshizo del keniano Abraham Cherono para subir al primer podio de un obstaculista español en alta competición.
Marta Domínguez, subcampeona mundial, partió en la primera serie de 5.000 y encontró una inestimable ayuda en la china Yingjie Sun, que venía de ser tercera en la final de 10.000, el pasado sábado. A dos kilómetros del final la palentina ya estaba en un grupo de cuatro, siempre al fuerte ritmo que marcaba la china. Pasaban las cinco primeras directamente a la final, pero Marta terminó en 14:48.33, la mejor marca de su vida y a sólo cuatro segundos del récord de España de Julia Vaquero. Glory Alozie se clasificó con angustia para la final de 100 metros vallas, donde no estarán ni la francesa Linga Ferga, eliminada por salida falsa, ni la estadounidense Gail Devers, que sufrió un tropezón en la primera serie y terminó tercera con 12.87, sin derecho a pasar por tiempos.
El canario Iván Rodríguez llegó por la calle siete con esperanzas hasta la recta de meta en la segunda serie de 400 metros vallas, pero a la salida del último obstáculo clavó su apoyo y frenó en seco. Terminó sexto con 49.37, su mejor marca del año y la tercera española de la historia, y se metió por tiempos en cuartos. Otro atleta canario, el discóbolo Mario Pestano, recuperó parte de su antigua forma para obtener un digno octavo puesto en la final con su primer tiro, de 64,39.