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Ciclismo

«En nuestro equipo todos se entregan, nadie guarda nada»

Igor González destaca el trabajo y el esfuerzo de sus compañeros durante todo el recorrido

Efe|GIJÓN
Igor González de Galdeano, primer líder de la Vuelta a España 2003 después del triunfo del ONCE-Eroski en la contrarreloj de Gijón, dijo que la clave de su éxito se debe a que el conjunto de Manuel Saiz es especialista en este tipo de pruebas, en las que «todos se entregan y nadie se guarda nada». «Se repite la historia. El ONCE siempre hace muy bien estas pruebas. Los puede haber mejores que nosotros, pero aquí todos se entregan y nadie se guarda nada. Tenemos sentido de grupo y estamos sincronizados», dijo Igor González, quien ya vistió el maillot de líder en 1999.

El primer líder de la Vuelta dijo que la diferencia respecto al corredor que vistió de oro en 1999 es que «ahora soy más mayor, tengo más experiencia y si aquel día fue una sorpresa los de hoy ya no lo es», aclaró. En la valoración de la contrarreloj por equipos manifestó: «iBanesto ha estado a un gran nivel y en montaña darán guerra, US Postal ha estado según lo previsto, el Bianchi por debajo de lo previsto y el Fassa ha tenido mala suerte». González de Galdeano, de 29 años, se sintió satisfecho por la cuarta victoria de la saga familiar en Gijón. «Esta ciudad nos da suerte, ya que tanto mi hermano Alvaro como yo hemos ganado aquí en la Vuelta a Asturias y a España».

Respecto a las etapas siguientes, Igor dijo que «en la Vuelta siempre hay movimiento desde el principio y lo normal es que haya nervios y control. Nos tocará controlar la carrera e ir atentos, entre otras cosas para evitar caídas», dijo el bronce mundialista.

La voz del patrón
La Vuelta afronta su 58 edición en medio de un ambiente de crisis que coloca la incógnita sobre el futuro de un deporte que sufre periódicas crisis de confianza por parte de sus patrocinadores y cuyos efectos ya padecen equipos emblemáticos del pelotón español, como ONCE e iBanesto.com, ambos en su último año bajo esa denominación. La Vuelta perdió a su principal patrocinador, Telefónica, por lo que tuvo que dividir el Gran Premio entre cuatro empresas, dato muy significativo. A pesar de ello, el director general de la carrera, Enrique Franco, no habla de crisis, sino de solución «a la italiana».

Según Franco, igual que los equipos tienen que compartir la camiseta entre dos patrocinadores, «la Vuelta reparte sus diversos frentes publicitarios entre varias firmas. Así una paga por la marca del maillot oro, otra se encarga de las vallas.... y así sucesivamente». Así, asegura Franco, «se ingresa más dinero».

La crisis de participación se resume en que la inmensa mayoría de las figuras extranjeras han dado una vez más la espalda a la Vuelta. Ningún inquilino del podio del Tour o del Giro ruedan actualmente en tierras asturianas.

Pero lo que peor lleva la organización de la Vuelta es que también los mejores españoles del Tour hayan renunciado a la carrera. Enrique Franco reconoció como «una traición» las bajas de Iban Mayo y Haimar Zubeldia, al considerar que si los equipos españoles tienen asegurada su participación, justo sería que los hicieran con sus figuras.

En medio del desierto caminan corredores, equipos, patrocinadores y organizadores. La creación de la Liga de Oro para 2005, tampoco parece la solución, ya que podría perjudicar a los equipos modestos, que no podrán participar en las carreras más importantes, ya que lo harían los 18 mejores. Además, si los equipos piden una parte de los derechos de televisión, las cantidades a repartir no serían la panacea.

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