España sub-16 saldó con una victoria por la mínima el primer partido de un conjunto nacional en Eivissa. José Rueda, a falta de tres minutos para el final, hizo el gol del equipo español, en un partido en el que el protagonista local fue Efrén Fernández, que debutó con la selección y jugó toda la segunda mitad del partido.
El campo de Can Misses se vistió con sus mejores galas para dar la bienvenida a la selección española sub-16, que devolvió el favor con un triunfo sufrido pero merecido ante Turquía. Cerca de 4.000 personas, alguna más, alguna menos, poblaron las gradas de un estadio que hacía años que no presentaba un aspecto parecido. El ambiente era festivo en las gradas y los jugadores españoles no quisieron desentonar en el terreno de juego, aunque el tanto de la victoria tardó en llegar 77 minutos.
España tardó bastante en entrar en juego, pero desde el principio se vio a las claras que la iniciativa iba a ser de los locales y que los turcos se limitarían a contener y pelear por cada balón. Pronto apareció la figura de Alberto. El delantero madridista avisó por primera vez en el minuto 20, en un disparo que salió por encima de la portería visitante. Nueve minutos después, el ariete desaprovechó hasta dos remates solo ante Cenk, en lo que fue la mejor ocasión de la primera parte. Según confesó después Ginés Meléndez, Alberto no suele fallar tanto. Ayer tuvo en sus botas firmar una goleada para España.
El conjunto otomano, por su parte, no se acercó a las inmediaciones del meta Gonzalo ni siquiera para saludarle, por lo que la primera parte acabó con un querer y no poder de la selección española, claramente superior a su rival pero carente de pegada.
Tras el descanso, las gradas de Can Misses se animaron aún más con el esperado debut de Efrén Fernández. Los aficionados acogieron con una cálida ovación al guardameta ibicenco, que hacía su debut con el conjunto nacional y, además, en casa. Efrén tuvo uno de esos estrenos deseados por cualquier guardameta, frente a un rival que no creaba peligro real pero que sí dio algún pequeño susto en la segunda parte, algo que le permitió mantener su portería a cero y, de paso, ganarse el aplauso del público en alguna intervención aislada.