Por si alguien a estas alturas lo dudaba, Joan Llaneras demostró
que es el rey de la puntuación y uno de los mejores deportistas
españoles de todos los tiempos. No pudo reeditar el oro de Sydney,
pero la plata que se colgó sabe a victoria y sirve para herir el
subconsciente de todos aquellos que querían dar por acabada su
carrera. El mallorquín llevó el peso de la carrera y sólo la falta
de colaboración por parte del resto de implicados le privó de subir
al peldaño más elevado del cajón.
Pero Joan estaba feliz, «igual o un poco más que hace cuatro años»
confesaba. Había superado meses complicados y hallaba la justa
recompensa al trabajo serio, en una carrera que resultó atractiva,
táctica y apasionante en algunas fases. El ruso Mikhail Ignatyev le
arrebató la gloria, pero Llaneras repite podio e incrementa la
larga lista de éxitos de un historial envidiable, que le sitúa como
una delas leyendas del ciclismo mundial.
La prueba se inició con un golpe de efecto por parte de dos de los
rivales del balear. El uruguayo Wynants y el chileno Arriagada
ganaban vuelta en compañía de checo Kadlec, el kazajo Kolessov y el
italiano Ciccone. Parecía que las cosas se ponían cuesta arriba
para el mallorquín, que decidió tomar el mando de la situación.
Poco a poco, el alemán Guido Fulst se fue metiendo en la nómina de
aspirante, mientras Llaneras se echaba a las espaldas al resto de
favoritos y realizaba el trabajo sucio.
Al mismo tiempo, el holandés Peter Schep ganaba el segundo esprint
y revolucionaba un poco más la carrera. A Llaneras le salían
enemigos por todos los lados y contaba con contadas colaboraciones
para dar un golpe de efecto. Lo tuvo que hacer él sólo. A 118
vueltas para el final de la puntuación -disputada sobre 40
kilómetros y 160 giros-, el de Porreres decidió echarse hacia
adelante y poner las cosas en su sitio. Así llegaron sus tres
primeros puntos en el quinto esprint puntuable. Parecía que el
panorama cambiaba de manera radical y la criba iba en aumento.
Algunos de los aspirantes se desplomaron ante el fuerte ritmo que
se encargó de imponer en algunas fases Joan Llaneras, consciente de
que si él no asumía la trascendencia de la situación, pocos le iban
a echar un cable. De esta forma, Joan ganaba su primera vuelta y
con ello veinte puntos determinantes. Lo hacía en compañía de Guido
Fulst, Mikhail Ignatyev y el francés Franck Perque. El balear
entraba de lleno en la puja por las medallas de la que pareció en
algunas fases descolgado del todo.
Llaneras suma una nueva plata
El de Porreres obtiene un segundo puesto en puntuación que sabe a oro y certifica que es uno de los mejores deportistas de la historia