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Ciclismo

Petacchi no perdona en el regreso a su terreno

El italiano se apunta en Málaga su cuarta victoria de la presente edición/El ganador relegó a Zabel a la segunda plaza/Roberto Heras saldrá de Málaga con la prenda dorada camino de Granada

Carlos de Torres|MÀLAGA
El italiano Alessandro Petacchi, del Fassa Bortolo, se apuntó ayer en Málaga la cuarta victoria de la presente edición de la Vuelta y demostró una vez más su perfil infalible cuando la carrera se resuelve por velocidad, en una jornada de transición en la que Roberto Heras mantuvo sin problemas el jersey oro.

Petacchi, quien ya ofreció parte de su repertorio en Burgos, Zaragoza y Valencia, dio la impresión de que cada vez tiene a sus rivales más alejados en materia de velocidad.

Si su equipo funciona bien en aquello de poner el pelotón en fila y a mil por hora, el no falla. Lo saben el alemán Zabel y el australiano O'Grady, cansados ya de ver el dorsal del ciclista de La Spezia.

El sucesor de Cipollini entró con tiempo de mirar hacía atrás, no fuera que alguien osara sorprenderlo, y sin el menor síntoma de preocupación alzó los brazos cuando el cronómetro marcaba 4h.01.55, a una velocidad media de 42,759 kms/hora y de 65 en la recta de llegada. Con esas prisas acertar el pronóstico no es de sabios.

El ganador relegó a Zabel a la segunda plaza y al español Pedro Horrillo a la tercera. O'Grady quedó cuarto. En la general no hubo cambios y Heras saldrá de Málaga con la prenda dorada camino de Granada, con Paco Mancebo a 35 segundos y Alejandro Valverde a 49. El corredor del CV-Kelme disfrutó de una jornada soleada, idónea para curar sus heridas.

Cuarta victoria
Petacchi logró su cuarta victoria, justo el día después de afrontar el Calar Alto, donde los esprinters pasaron las de Caín. El italiano se dio un homenaje tras inmenso esfuerzo y así también se anotó la duodécima etapa en la ronda española, la número 21 de la temporada y la 78 de su palmarés. Datos que le permiten marcharse tranquilo a casa.

La jornada no se apartó del guión establecido, es decir, escapada consentida de gente sin peligro en la general y control de los equipos de los esprinters para que las diferencias no fueran exageradas. De animar la carrera se encargaron 4 hombres: Herbert Gutiérrez, Josep Jufré, De Weert y Hulsmans. Muy animosos ellos, pero nunca con ventaja superior a los 2 ó 3 minutos. Saltaron en el km 40 y cedieron a 12 kms de Málaga.

A partir de ahí, lo de siempre: el Fassa a todo tren y el Cofidis intentando colocar bien a O'Grady. Y claro, los Trenti, Ongarato y compañía pusieron en bandeja la victoria a 200 metros de meta. Y Petacchi firmó su regreso a la pista de alta velocidad con el acostumbrado éxito.

La etapa también será recordada por la baja de otro corredor de la lista de favoritos iniciales. El estadounidense Tyler Hamilton no tomó la salida. El campeón olímpico contrarreloj y vencedor en Almussafes, se marcó a casa con el estómago inflamado.

Retirada
El gran protagonista de la jornada fue el ganador de etapa. El italiano Alessandro Petacchi señaló que no podía dejar escapar el triunfo en la meta de Málaga después del gran trabajo realizado por sus compañeros para controlar toda la etapa.

«Mis compañeros han trabajado toda la etapa y al final yo he ganado. El Cofidis tiró para intentar ganar con O'Grady, especialmente a tres kilómetros de la meta, pero no han podido. En la montaña es verdad que Erik Zabel se mueve mejor que yo, pero cuando me encuentro bien soy el más rápido. Todos estamos cansados. En el sprint no tenía a nadie a mi lado y eso significa que estoy muy fuerte», indicó.

El de La Spezia apuntó que «es muy difícil ganar más de las cinco etapas como hice el año pasado», algo que igual hubiera podido lograr el día de Caravaca cuando sufrió la caída Alejandro Valverde.

Así, Petacchi, a pesar de que «sería importante», no cree que vaya a llegar a la conclusión de la Vuelta en Madrid y ya piensa en nuevos objetivos.

«Estoy muy cansado y quiero preparar la París-Tours por lo que no se si podré acabar. La Vuelta es muy dura. Alguien ha dicho que no llegaría a Madrid porque había muchos puertos. Si no llego a Madrid es porque yo no quiero, comentó.

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