Hace dos años que Carlos Moyà no piensa en otra cosa. La Ensaladera de Plata, el trofeo de la competición por equipos más prestigiosa del tenis mundial, se ha convertido en este tiempo en una obsesión. Es la copa que falta en su colección y contrariamente a lo que sucedió el año pasado -España perdió la final ante Australia sin que él pudiera evitarlo- la tiene al alcance de su mano. Hoy se medirá a Andy Roddick (12.00 horas) en busca del tercer punto que proporcione al equipo español el segundo título de la historia. Para protegerle la espalda tiene a Rafael Nadal, el héroe de Brno, Alicante y de la primera jornada de Sevilla, que se enfrentaría a Mardy Fish en un hipotético quinto partido (que sólo se jugaría si el palmesano pierde). Jordi Arrese, Juan Avendaño y Josep Perlas, el G-3, apostaron decididamente por la dupla mallorquina para la final de la Copa Davis. Convirtieron a Juan Carlos Ferrero, el campeón de Roland Garros 2003 y por nombre el número dos del equipo español, en el sustituto de un chico de 18 años. Rafael Nadal, como ha hecho en todas las eliminatorias, respondió a las expectativas. Ganó contrapronóstico al número dos del mundo, Andy Roddick y situó a España en una posición muy ventajosa. Este resultado y la imagen que ofreció el manacoró en la pista provocaron que los capitanes fueran consecuentes con su decisión. El dobles es un punto que estaba perdido y se reservaron un as para la última jugada.
Pese a haber perdido el dobles, España continúa contando con una situación privilegiada en la final. Tiene dos oportunidades. En ambas parte como favorito, aunque es en el enfrentamiento Nadal-Fish donde el porcentaje a favor del mallorquín se incrementa espectacularmente. Moyà puede afrontar su partido ante Andy Roddick con absoluta tranquilidad. Si Carlos Moyà hubiera tenido que elegir una situación para ganar la Copa Davis, seguro que hubiese elegido esta. Con 2-1 en el marcador tiene la posibilidad de ganar el punto decisivo que permita levantar la segunda Ensaladera al equipo español. Además se enfrentará ante uno de los mejores jugadores del mundo en las condiciones que más le gustan (tierra batida, con una pelota que bota mucho y con el público de su lado). Por si fuera poco tiene un seguro de vida que le cubre la retaguardia: Rafael Nadal. Si Carlos Moyà quiere convertir en realidad su gran sueño va a tener que realizar un gran trabajo. El ránking de su oponente -Andy Roddick ha finalizado el año como número dos del mundo, sólo por detrás de Roger Federer- advierte de lo complejo del enfrentamiento, aunque lo que realmente preocupa es el alto nivel que mostró sobre la tierra batida en la jornada del viernes pese a su derrota ante Rafael Nadal.
Andy Roddick es un auténtico especialista sobre superficie rápida. Cuenta con el saque más potente del circuito mundial (posee el récord mundial con un primer servicio a 249 kilómetros por hora) y no le gusta que la pelota supere demasiadas veces la red. Arriesga en todas sus pelotas desde el fondo de la pista y sube con mucha facilidad a la red. Pero el estadounidense sorprendió con su juego ante Rafael Nadal. Pese a que el manacorí se pasó todo el partido restando saques por encima de los 230 km/h no se precipitó. Aguantó el peloteo desde el fondo de la pista y esperó sus oportunidades para lanzar la derecha ganadora y tratar de finalizar el punto con la volea. Sin duda jugó el mejor partido de su carrera sobre arcilla, aunque su rival de hoy va a ser tan complicado como el del viernes.