Europa Press
El tenis español prepara un nuevo asalto a uno de sus escenarios
malditos, el Open de Australia, primer grande de la temporada que
arranca el próximo lunes, con la baza principal de un Carlos Moyà
que tiene en los Grand Slams su principal objetivo para esta
temporada, con el hambre de victoria de Rafael Nadal o con la
incógnita de Juan Carlos Ferrero. Las tierras australianas no han
sido nunca propicias a los intereses del tenis español. En ellas
perdieron tres Copas Davis. No iba a ser una excepción el Open de
Australia, el único de los cuatro Grand Slams que por el momento se
le resiste a los representantes de la Armada. Conchita Martínez,
Arantxa Sánchez Vicario, en dos ocasiones, Andres Gimeno, Juan
Gisbert y Carlos Moyà han visto como se les ha escapado el título
en el último encuentro del torneo. Precisamente el mallorquín,
quinto favorito, encabezará una nómina de españoles que además
contará con Tommy Robredo (13), Feliciano López (24) y Juan Carlos
Ferrero (31) como cabezas de serie.
El reto que afronta el tenis español se complica, sin embargo, por la presencia en el torneo de los 20 primeros jugadores del mundo entre los que destaca Roger Federer. El torneo australiano será una nueva oportunidad para demostrar que el tenista helvético no es imbatible como así parecen demostrar los últimos meses. Federer no conoce la derrota en las últimas 14 finales que ha disputado. El año pasado sumó 11 títulos a su palmarés, una carrera que no se ha detenido esta temporada con la victoria en Doha, incluidos tres de los cuatro Grand Slams y su último tropiezo se registró en los pasados Juegos de Atenas.
Desde entonces su hegemonía es incontestable. Los números del helvético no parecen, al menos, asustar a los preparadores de Moyà que confían en su pupilo y aseguran puede sorprender al número uno del mundo. Ese es el reto del mallorquín que esta temporada ha decidido dejar a un lado la Copa Davis para centrarse en las grandes citas.