El Barcelona, líder de Primera División, continúa su particular lucha con sus más inmediatos perseguidores, Real Madrid y Valencia, a los que aventaja en siete y nueve puntos, respectivamente, antes de iniciarse la vigésima jornada, la primera de la segunda vuelta. El Barcelona jugará hoy en el Camp Nou contra el Racing de Santander, mientras que Real Madrid, que recibe al Mallorca, y Valencia, que visita al Villarreal, lo harán mañana. Estas veinticuatro horas de diferencia a favor de los azulgranas son, a juicio de muchos, una pequeña ventaja, puesto que sus perseguidores no pueden acortar la ventaja, siquiera temporalmente, y, por tanto, añadir presión a los líderes. Por el contrario, el resultado de Camp Nou puede actuar en un doble sentido: añadiendo «ganas» a madridistas y valencianistas si el Barcelona pierde y ven opción de recortar; o presión, si el líder cimenta su ventaja con una victoria.
Barcelona y Madrid, que quiere desquitarse tras caer eliminado el miércoles en la Copa ante el Valladolid, tienen, en principio, rivales asequibles, al estar instalados en la zona baja de la tabla y recibirlos en sus respectivos estadios; mientras que el Valencia lo tiene más complicado al rendir visita a Villarreal en un duelo regional, que siempre resulta complicado. El Deportivo-Espanyol también merece los galones de gran partido. Los gallegos no pueden seguir dejando escapar puntos de Riazor y Jabo Irureta parece estar pendiente de un hilo. El Espanyol está completando una de las mejores temporadas de su historia y no es el mejor rival para tener la obligación de ganar.
Otro duelo de difícil pronóstico, como todos los partidos de rivalidad, será el Athletic-Osasuna. Los dos equipos están cerca de la zona alta, novenos los bilbaínos y octavos los pamplonicas, y el vencedor podría presentar su candidatura para luchar por los puestos europeos. El Levante-Real Sociedad también puede aclarar mucho las cosas con respecto a los dos equipos. El Levante ha ido de más a menos y su caída está adquiriendo tintes preocupantes, mientras que la irregularidad de la Real Sociedad le impide pensar en metas mayores.