El Portmany salió del estadio de Can Misses en camilla, directo a la Unidad de Cuidados Intensivos del centro hospitalario que hay a unos metros más allá del campo ibicenco, aunque manteniendo sus constantes vitales. El otro enfermo de la contienda de ayer, el Eivissa, se fue a casa con el alta, aunque con un ligero dolor de cabeza que pudo haber sido peor de no ser por un calmante llamado Paco Muñoz.
Esta metáfora viene a decir que el conjunto de Sant Antoni se hunde un poco más en la tabla clasificatoria con la derrota de ayer, pero demostró que jugando como lo hizo en la segunda mitad tiene opciones de lograr la permanencia, aunque cada vez menos. Por su parte, el cuadro local, que llegaba a este choque herido por la derrota ante la Peña, supo sacar provecho al tanto marcado por Cervantes y continúa al acecho de los puestos que dan acceso a la promoción. Pero les costó mucho mantener este resultado, ya que su oponente se lo puso muy difícil en los segundos 45 minutos, y fue el meta deportivista el causante de que la victoria se quedase en Can Misses.
El partido tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera en la que dominó el cuadro de Bernabé Herráez, y la segunda en la que el cuero pasó al dominio del conjunto de Maimó.
El inicio del choque era el esperado de un derbi. Mucho juego en la parcela ancha del campo, muchas interrupciones y pocas ocasiones de gol. Los minutos caían como una losa y ningún equipo conseguía perforar la meta contraria. Hasta que apareció el de casi siempre. Corría el minuto 29, cuando un fallo en el centro del campo de David Santa provocó que Jorge se hiciera con el balón, pusiera un pase medido a Cervantes, que se plantó libre de marca ante Cristian y sólo tuvo que cruzar el balón para que el 1-0 subiese al marcador. Seis minutos más tarde llegaría otra ocasión clara para el cuadro bermellón. Roberto disparó desde el lateral del área y su lanzamiento besó el poste y el cuero se marchó a córner. A partir de entonces, el gobierno del partido cambió de bando. El Portmany estiró líneas en busca del gol y el Eivissa se echó atrás merced a la presión de su adversario. Antes del descanso pudo llegar la igualada, pero ésta no llegó ya que el potente chut de Julián Marcos lo despejó a córner Paco Muñoz en una gran intervención.
Los segundos 45 minutos discurrieron por los mismos parámetros que el final del primer acto, y de nuevo el bloque de Sant Antoni, muy bien dirigido por Santa en el centro del campo, se lanzó a la desesperada a por el empate. Aun así, Cervantes volvió a tener una nueva ocasión para perforar la meta del Portmany, pero su lanzamiento lo paró Cristian. La ofensiva visitante volvió a la carga con un saque de falta directa que Suso estrelló en el larguero en el minuto 81 y con la ocasión del partido. A tres minutos del final, Pol se planta solo ante Paco Muñoz, pero su disparo lo despejó el meta gaditano con la punta de los dedos. Ahí acabó todo.