El derbi barcelonés en el Camp Nou entre los azulgranas y el Espanyol será uno de los partidos destacados de la jornada ecuador de la etapa maratón de la Liga, entendiendo como tal el hecho de que se van a disputar tres jornadas en ocho días. Jugar tres jornadas en ocho días siempre tiene consecuencias importantes para todos los equipos. Son nueve puntos vitales, ahora que se está llegando a la fase decisiva del campeonato, a lo que hay que añadir el factor tiempo, o mejor dicho la ausencia de éste. A los condicionantes habituales, hay que añadir la falta de tiempo para recuperar jugadores, golpes y pequeñas lesiones, algo a lo que, más o menos, están acostumbrados los equipos que juegan competiciones europeas y que llegado este momento, iguala a todos.
El Barcelona-Espanyol tiene las connotaciones habituales de un derbi, con el añadido del buen momento de los «periquitos». Será el primer partido de la jornada entre semana, con lo que los azulgrana volverán a jugar con veinticuatro horas de adelanto con respecto al Real Madrid. Frank Rijkaard espera recuperar para el choque ante el Espanyol a Belleti y Giuly, que salieron tocados del partido de los Pajaritos, y a Ronaldinho, que ayer se entrenó en solitario debido a un fuerte resfriado. Dependiendo de dónde se incline la balanza se volverá a hablar de presión para el Real Madrid o para el Barcelona y del aumento o disminución de la diferencia.
El Real Madrid recibe al Betis. Los dos perdieron sus respectivos compromisos ante Deportivo y Valencia, con lo que saldrán espoleados para no perder más terreno. El conjunto madridista, además, pierde por lesión a Raúl, que sigue con un proceso gripal, y a Zidane, con una elongación en los músculos rotadores de la cadera izquierda, mientras que recupera a Ronaldo, Guti y Helguera, ausentes el pasado sábado en el choque del Bernabéu ante el Athletic de Bilbao.