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Automovilismo

La magia de Alonso

El piloto asturiano le regala un fin de semana histórico al deporte español al obtener un éxito impensable hace algunos años

Adrián R.Huber|SAO PAULO
El asturiano Fernando Alonso (Renault), que el domingo se proclamó campeón del mundo de Fórmula Uno, dos carreras antes del final del Mundial -Japón y China- le regaló a España un fin de semana mágico en el que marcó un hito histórico al obtener un éxito impensable hace apenas cinco años. A Alonso le bastaba con ser tercero para ser matemáticamente campeón del mundo y eso fue lo que consiguió el genial piloto asturiano, que ha ganado el Mundial siendo el más joven de toda la historia, compitiendo con los aviones de la escudería que dirige Ron Dennis y que pilotan Raikkonen y Montoya, ganador en el Gran Premio de Brasil.

Alonso obtuvo esta temporada el premio a su inteligencia, a su capacidad de leer las carreras, al dominio de sí mismo y a una agresividad controlada que ha dejado asombrados a todos los expertos que cubren el mayor deporte espectáculo -negocio multimillonario y encarnizada batalla industrial- del mundo.

McLaren tomó en Interlagos el liderato en el Mundial de constructores, pero Renault ganó el título que nadie olvida -que jamás se olvidará en España-, el de pilotos. Lo hizo con plusmarca de juventud y en un país de amplísima tradición en Fórmula Uno que jamás había festejado a un campeón de la categoría reina.

Alonso ganó su primer título en casa de Emerson Fittipaldi, al que arrebató el único récord de precocidad que no detentaba, después de los que obtuvo en 2003: el astur fue ese año el más joven en subir al podio, en arrancar desde la pole, en marcar la vuelta rápida y en ganar una carrera de Fórmula Uno, hito histórico que logró en el Gran Premio de Hungría, a los 22 años y 27 días.

En el Autódromo José Carlos Pace de Sao Paulo, muy cerca de donde reposan los restos mortales del mítico Ayrton Senna -en el cementerio de Morumbi-, Fernando Alonso inmortalizó su nombre con una proeza de dimensiones gigantescas. A los 24 años, un mes y 27 días, estableció una plusmarca que puede perdurar más incluso que la de Fittipaldi, que fue el más joven en ganar el Mundial en 1972, con 25 años y casi nueve meses.

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