El FC Barcelona jugará mañana en París, ante el Arsenal, la quinta final de Copa de Europa de su historia, 12 años después de la derrota en Atenas (1994) y en la que tratará de repetir el título logrado en 1992 ante la Sampdoria en el estadio Wembley de Londres, mientras que para el Arsenal será la primera.
El estadio de Saint-Denis y el joven Arsenal que dirige el francés Arsène Wenger, con Cesc Fábregas y José Antonio Reyes como figuras españolas, esperan a un resurgido Barcelona, liderado por Ronaldinho y al que Frank Rijkaard ha dotado de una frescura y una ambición que apunta hacia el inicio de una prometedora trayectoria.
Para esta importante cita el entrenador barcelonista Frank Rijkaard ha decidido convocar a toda la plantilla. Los azulgrana realizaron a puerta cerrada el último entrenamiento antes de viajar hoy a París. El equipo se traslada esta mañana hasta la capital francesa y realizará una sesión de entrenamiento en el escenario del partido.
Pocos son los jugadores que hacen declaraciones y ayer fue Víctor Valdés el que en rueda de prensa aseguró que cree que la final de la Liga de Campeones que enfrentará a su equipo con el Arsenal medirá a dos conjuntos muy similares y con vocación ofensiva, por lo que espera un choque «muy abierto». A juicio del portero catalán, el equipo inglés «tiene transiciones defensa-ataque muy rápidas y dos laterales muy ofensivos, y en este sentido, es un equipo muy similar al nuestro».