Europa Press|BADALONA
El DKV Joventut volvió a aprovechar el factor cancha para tumbar nuevamente al Unicaja (84-75) y llevar la lucha por completar la final de la ACB, donde espera ya el Tau Cerámica, hasta el quinto y definitivo partido. Los de Aíto García Reneses salieron dispuestos a morder en defensa y llevar el encuentro a un ritmo de vértigo y tuvieron premio. Presionar y correr, su seña de identidad este año, eran las consignas en un equipo que sabía que en este choque le iba el alargar la serie o el irse ya de vacaciones.
Con el brasileño Marcelinho Huertas al frente de las operaciones la intensidad del juego ganó en enteros y la Penya abrió brecha en un espectacular primer cuarto (27-19). El dominio en el marcador de los verdiblancos era claro (30-19) ante un Unicaja que no daba con la clave para contrarrestar el ritmo, tanto en ataque como en defensa, al que le hacía ir su rival.
Sin embargo los de Sergio Scariolo recurrieron a la arma que les abrió las puertas a los triunfos en los dos primeros partidos, la defensa, y poco a poco, además de con un Pietrus inspirado en ataque, se reenganchó al encuentro (40-41, al descanso).
Pero el Joventut regresó del vestuario con las pilas cargadas y volvió a dar otro golpe a su rival. Con un parcial de 11-0 (51-41) daba un nuevo estirón en el marcador y ponía al Unicaja contra las cuerdas. El checo Lubos Barton (17 puntos) el brazo ejecutor de los de Aíto lo confirmaba (61-52) y la Penya trasladaba la resolución al definitivo quinto encuentro del próximo martes.