España amaneció en todas las portadas. Desde Francia hasta la India pasando por Argentina, Japón, Sudáfrica o Alemania, el mundo entero repartió elogios por el juego desplegado por la selección nacional el pasado miércoles ante Ucrania (4-0). Mientras los jugadores recogían sus efectos personales para disfrutar del día de descanso con los suyos, Luis Aragonés se quedaba en el hotel repasando titulares como «¡Deslumbrante!, «España baila flamenco» o «Festival ofensivo».
La avalancha de elogios se considera también un arma de doble filo, acostumbrados a vivir entre lo blanco y lo negro, a verse inmersos entre ambos extremos.
La exhibición de la roja ante Ucrania enfocó a varios jugadores. La brújula de Xavi, el olfato de Villa, el desborde de Fernando Torres, el trabajo de Marcos Senna...La máquina funcionó como un reloj y la selección selló el mejor arranque goleador de su historia. De hecho, la selección se mantiene como la protagonista de la goleada del Mundial y cerró la primera fase como la mejor cabeza de serie del torneo.
Aunque ya hay cábalas sobre los posibles cruces en octavos (ahora sería Francia), desde la caseta nacional se señala exclusivamente al duelo del próximo lunes ante Túnez a las 21.00 horas.
Pero mientras la selección se da un baño de elogios, el Mundial sigue su curso. El torneo llega a su primera semana con tres selecciones en octavos (Alemania, Inglaterra y Ecuador) y otras tres eliminadas (Costa Rica, Polonia y Paraguay). Hoy es el turno del Grupo C, con el Argentina-Serbia y el Holanda-Costa de Marfil, y la mitad del D, con el México-Angola. Que siga la fiesta.