Amador Pons|LONDRES
Los nostálgicos todavía recuerdan a John McEnroe, Goran Ivanisevic o a Pete Sampras subiendo a la red después de cada saque. Por entonces, Wimbledon era sinónimo de tenis ofensivo. Llovía prácticamente cada día y que ganara Andre Agassi era la noticia más sorprendente que se podía producir. La hierba del All England Club, cuidada durante todo el año para este evento, se pelaba en forma de una «T» al revés desde el primer día. Desde hace unos años las cosas son distintas. La «T» ha desaparecido y el juego se decide desde el fondo de la pista. Cuando Andre Agassi ganó Wimbledon en 1992 desde el fondo de la pista fue una sorpresa, pero en los últimos años es más complicado ver a jugadores practicando el saque-red que jugando desde el fondo de la pista. En las últimas ediciones jugadores como Lleyton Hewitt, David Nalbandián, incluso el propio Roger Federer han demostrado que en Wimbledon también se puede ganar desde el fondo de la pista.
Los expertos culpan al cambio climático de las nuevas circunstancias que se viven en el torneo londinense. Antes, cuando llovía prácticamente cada día, las pistas estaban muy rápidas. La pelota resbalaba y apenas botaba. Y tener un buen saque era sinónimo de victoria. Ahora, las circunstancias son otras. Como casi no llueve y cada año hace más calor, la hierba se seca lo que provoca que la pista sea más lenta y el bote de la pelota sea más alto. Wimbledon se parece cada año más a Roland Garros.
Esta nueva situación ha provocado que en los últimos años no sea extraño que especialistas sobre tierra alcancen las rondas finales, ni que estén en disposición de luchar por el título. Sin ir más lejos, Federer, el campeón de las tres últimas ediciones, juega la mayor parte de los puntos desde el fondo de la pista. Es un tenista que sube a la red, aunque ni mucho menos adopta tácticas similares a las de Pete Sampras o Boris Becker. La pista central y la pista uno, las dos más importantes del All England Club, se han «pelado» exclusivamente en el fondo de la pista hasta que hace dos jornadas se han comenzado a programar partidos de dobles para completar el cartel ya que cada vez quedan menos partidos individuales. Será que la vida en Wimbledon ha cambiado.