El hombre fallecido el martes en Cala de Bou tras la explosión de su vehículo era un italiano de 51 años, según señala Europa Press. Las primeras investigaciones apuntan a que el suceso se debió a un suicidio:el hombre entró en la furgoneta, donde hizo una bombona de butano de manera voluntaria para acabar con su vida.
Los hechos ocurrieron sobre las 19 horas de este martes en Cala de Bou, en el municipio de Sant Josep. Según testigos presenciales, se escucharon hasta dos explosiones que el fallecido habría provocado al encender el gas de una bombona de butano en el interior del vehículo. Con la segunda explosión, la furgoneta empezó a arder y quedó totalmente calcinada.
Los bomberos acudieron a apagar las llamas del vehículo que estaba estacionado en la calle Navarra de Cala de Bou y la Guardia Civil y la Policía Local de Sant Josep acordonaron la zona.
En el lugar de los hechos quedan tan solo los restos de calcinación que el vehículo provocó en el asfalto de la calle Navara. Entre los vecinos de la zona, había quienes el suceso era el principal tema de conversación este miércoles, quienes sabían de la explosión pero no del fallecimiento de una persona y quienes aún no estaban al corriente de lo ocurrido.
Un vecino relató a este medio que estando dentro de su coche, muy cerca del vehículo que explotó, notó un movimiento en su coche como si le hubieran impactado. Salió y vio la furgoneta echando humo a apenas unos metros de distancia, así que por precaución trasladó su vehículo a otro lugar. En ese momento, explican otros vecinos, hombre que falleció volvió a entrar en la furgoneta por la puerta trasera e, instantes después, se produjo la segunda explosión.
«Estábamos en casa y sentimos una explosión muy grande, que los cristales incluso se movieron. Vimos pasar ambulancias y bomberos y nos enteramos luego de que era un vecino de la zona que se había metido con una bombona», explica María Ángeles, una vecina de Cala de Bou.
En una peluquería cercana al lugar de los hechos también se hablaba durante este jueves de lo sucedido y una de las trabajadores explicó que «era un hombre al que no conocía de primera mano, pero que sí acostumbrábamos a ver porque paseaba habitualmente a sus perros y pasaba por delante del escaparate».