I.M.
«Noté como si me pegarán un martillazo e incluso miré para atrás pensando que me habían dado una patada. Entonces me toqué y vi que no tenía tendón de aquiles». Así narra Iván Martín el momento de su lesión en el entrenamiento del pasado martes, la cual le obligó a pasar un día después por el quirófano y por la que estará de baja durante casi tres meses. «Fue una salida normal, como he hecho 20.000 en toda mi carrera. La verdad es que ha sido un shock porque pasó todo muy rápido; en cuestión de un día he pasado de estar entrenando con normalidad a tener que operarme, pero ahora me encuentro muy animado y con ganas de que pasen los cien días de rehabilitación», reconoce. El asturiano admite que parece que este año a su equipo lo haya mirado un tuerto por la plaga de lesiones que están sufriendo, pero encuentra algo a lo que agarrarse para que la fortuna cambie: «La última vez que me lesioné yo estaba en el Azkar Lugo y subimos a División de Honor. Esperemos que esto sea síntoma de lo mismo», deseó.
Iván tendrá que estar seis meses con un zapato especial y poco a poco ir modificando el ángulo del pie para que su tendón se recupere totalmente. Después, y paulatinamente, podrá empezar el proceso de rehabilitación.