Santiago Aparicio |GINEBRA
Fernando Verdasco irrumpió en Ginebra ataviado de un papel secundario, el de doblista, y salió pletórico, artífice del triunfo frente a Suiza y como firmante de la clasificación hispana para los cuartos de final de la Copa Davis, donde espera Estados Unidos.
España acudirá a Winston Salem, en Carolina del Norte, donde se encontrará con una superficie rápida para intentar prolongar su trayecto por la Davis del 2007, que se inició con una eliminatoria accidentada, plagada de sobresaltos inesperados de la que salió viva por primera vez como visitante en el Grupo Mundial desde que conquistó su segunda y última Ensaladera, en el 2004.
Verdasco ganó con sencillez y autoridad a Stephane Bohli (6-3, 6-3 y 6-2), el último recurso del tenis helvético para el duelo contra España.
El juego del tenista de Ginebra representa todo lo contrario que Roger Federer, con el que coincide, únicamente, en la nacionalidad. Después, en un duelo intrascendente, David Ferrer perdió frente a Marco Chiudinelli (3-6, 6-3 y 6-3), el único bastión solvente con el que desde el principio contó el capitán Severine Luthi y que permaneció indemne en sus partidos individuales.
El tenista madrileño reventó pronto las últimas ilusiones locales, frustradas con la derrota en el dobles. El que inclinó el duelo del lado de los visitantes. Tomó parte en tres de los cinco encuentros. Participó en los tres días de competición. Y acabó como un digno recambio de Rafael Nadal, lesionado en el calentamiento previo al partido contra Chiudinelli. «Para mí, lograr dos puntos de una eliminatoria de Copa Davis es como un sueño. Es una sensación muy bonita», dijo Verdasco.