Efe |INDIAN WELLS
El español Rafael Nadal necesitó tres bolas de partido para doblegar al serbio Novak Djokovic, por 6-2 y 7-5 en una hora y 33 minutos, pero al final cortó una sequía de títulos que duraba 252 días para hacerse con el Masters Series de Indian Wells, el título 18 de su carrera y primero de este año.
Nadal llevaba doce torneos seguidos sin poder saborear el sabor de la victoria. Ganó el último en junio del año pasado en Roland Garros ante el suizo Roger Federer, y después perdió en la histórica final de Wimbledon contra el helvético. Luego, una larga sequía con cambios técnicos en su juego para hacerlo más agresivo, y lesiones por medio han amargado su trayectoria. Por eso quizás la victoria ante el prometedor Djokovic, que hoy hará su entrada entre los diez mejores del mundo, le supo a título de Grand Slam, porque además recibió el trofeo de manos del tricampeón de Wimbledon el alemán Boris Becker, el último jovencito que ganó en Indian Wells con 19 años, en 1987.
En la final más joven de la historia de este torneo, Nadal, de tan solo 20 años, supo imponer su experiencia ante un jugador que como él llegaba a la última instancia sin ceder un set. De la misma forma con la que destrozó al estadounidense Andy Roddick en semifinales comenzó Nadal su trabajo ante Djokovic. Los diez primeros puntos de la final fueron suyos, y el de Manacor se situó luego con un convincente 4-0, prueba inequívoca de que el de Belgrado notaba los nervios típicos de un novato ante un maestro. El primer set se lo llevó Nadal en 28 minutos sin ceder un solo punto de ruptura. Demasiado fácil ante la calidad que ha demostrado Djokovic, un jugador que solo ha cedido este año ante dos rivales, Federer y el ruso Mijail Youznhy (con ambos dos veces) y que ya lleva tres títulos en su bolsillo, uno este año en Adelaida.
El serbio, entrenado por el eslovaco Marian Vajda y que aprende a volear con los servicios del australiano Mark Woodforde, tenía que sacarse los nervios de encima y demostrar su valía. Y lo hizo en el segundo set cuando subió su nivel y aprovechó una ligera falta de chispa de Nadal para inquietar en el cuarto juego y disponer de tres puntos de ruptura. En ese momento clave, Rafa jugó más con la cabeza que con el corazón y logró sacarlo adelante.
Luego, intercambios más largos, y destellos de genialidad de Djokovic rellenaron este segundo parcial, hasta que Nadal tomó la decisión de hacerse con el partido en el undécimo y quebrar al serbio. La puntilla la dio al siguiente para ser en el tercer español que gana este torneo.