Efe |MADRID
Sevilla y Getafe, tras firmar sendas temporadas excepcionales, se enfrentan esta noche en la final de la Copa del Rey en busca del último título de la temporada, que para el equipo andaluz sería el cuarto en este torneo y para el madrileño el primero de su historia. El conjunto de Juande Ramos se ha presentado en Madrid con el propósito de poner el broche de oro a una temporada que ya es considerada como la mejor en la historia del club, puesto que el ejercicio ha dejado los títulos de la Supercopa europea y la revalidación de la Copa de la UEFA. Además, el Sevilla se ha clasificado tercero en una Liga que tuvo opciones matemáticas de vencer hasta la última jornada. Hacía 37 años que no terminaba el torneo de la regularidad en un puesto tan alto. También hacía mucho tiempo que no jugaban una final copera, y es que su última presencia en el encuentro por el título fue en el año 1962.
Para el Getafe será su primera gran cita con la historia, ya que desde su fundación, en 1976, el conjunto entrenado ahora por Bernd Schuster jamás ha disputado un partido tan importante. Nadie podía imaginar hace cinco años, cuando el conjunto madrileño estaba en Segunda División B, que en tan poco tiempo ascendería a Primera División, jugaría una final de la Copa del Rey y pasearía el nombre de la ciudad por Europa. El camino no ha sido fácil. En esta competición se ha ganado con justicia el apelativo de matagigantes después de dejar en el camino a Xerez, Valencia, a quien ganó 2-4 en Mestalla, Osasuna y Barcelona en semifinales, al que mandó a casa tras remontar el 5-2 de la ida con el vibrante 4-0 de la vuelta en el Coliseum Alfonso Pérez.
Uno de los artífices de ese éxito es su entrenador, un Schuster que ha sido el protagonista de la semana en la actualidad deportiva por los constantes rumores que le sitúan en el Real Madrid la próxima temporada en sustitución de Capello. Los jugadores azulones, mientras tanto, niegan con rotundidad que los sonidos continuos de un cambio en el banquillo la próxima temporada afecten a su concentración para jugar la final de la Copa del Rey.