Francisco Àvila|BARCELONA
Dos goles en los últimos siete minutos, uno de Etoo y otro de Messi, dieron al traste con el orden del Real Madrid (2-0) que llegó al Camp Nou con pocas pretensiones y se fue a 12 puntos del líder, el Barça. Hasta el minuto 83, el Barça se había mostrado desconocido, hasta llegó a fallar un penalti en el minuto 70. Sin embargo, la entrada en juego de Sergio Busquets por Gudjohnsen fue decisiva. Al final, el equipo de Pep Guardiola tuvo que utilizar un recurso histórico del Real Madrid, la épica. Así, el 1-0 resumió el partido. Un saque de esquina fue rematado por Puyol en el segundo palo y Etoo, con el muslo, marcó. El 2-0 fue consecuencia de la inercia del juego, un contragolpe de Henry, culminado por Messi.
El protagonismo del partido correspondió a los porteros. Casillas estuvo inmenso, paró un penalti y realizó hasta seis paradas; Valdés intervino menos, pero fue determinante en sendos uno-contra-uno con Drenthe, en el primer tiempo, y con Palanca en el segundo.
Durante todo el partido, al Barça le pudo la ansiedad. Tenía prisas por resolver porque el equipo ya había ganado el partido virtual. Tenía tantas ganas, presionó tan arriba, buscó noquear al Madrid tan pronto, que pecó de precipitación. De inicio, buscó el equipo de Guardiola la hiperactividad de Messi, mientras los de Juande Ramos no parecían tener un plan claro, más allá del buen orden defensivo. Algo rechinaba en el Barça. Estaba ausente Xavi, Etoo no cazó ni un remate dentro del área, Messi jugó lastrado por las múltiples faltas que sufría.
El Madrid capeó el temporal. Los madridistas, parapetados atrás, decidieron buscarle la espalda a Alves en sus subidas como único recurso y tuvieron en Drenthe a su jugador más importante en ataque.
En la primera, habilitó a Sneijder en un remate que salvó Valdés (m.24) y en el 26 el portero del Barca estuvo decisivo al salvar un gol en una acción de uno contra uno ante Drenthe tras un error de Alves. El cuarto de hora final, el mismo discurso: un Barça dominador, pero igual de ansioso, y con un Madrid cada vez más reculado.
Antes del descanso, Henry, en un desborde sobre Salgado, tuvo el gol, pero Casillas estuvo muy acertado. Nada cambió en el segundo tiempo, el Barça siguió sin leer bien el partido y el Madrid siguió a la suyo, muy serio en la contención y un trabajo estajanovista sin talento.
Intentó Guardiola darle otro aire a su equipo y puso a Sergio Busquets por Gudjohnsen (m.63) y el cambio fue providencial, porque siete minutos más tarde Busquets forzó un penalti de Salgado. Casillas estuvo perfecto y el Barça se apuntó a la épica, el arma histórica del Madrid. Con los azulgrana volcados, Puyol se elevó sobre la defensa y Etoo remató con el muslo. Un gol que acabó con el orden del Madrid y dinamitó el partido. El 2-0 fue una obra de arte, en un contragolpe iniciado por Henry y culminado perfectamente por Messi.