Gasifred Ciutat d'Eivissa 8
Centelles 7
GASIFRED CIUTAT D'EIVISSA: Iván; Luis Coria, Ernesto, Miguelito y Clayton -cinco inicial-, Roberto Herrero, Dani Galiana y Nino.
CENTELLES: Arjona; Francis, Valtinho, Tabo y Salido -cinco inicial-, Dani Pino, Pascu, Vitor y Guillem.
Àrbitro: Israel Castellano y Roberto González (Valencia). Amonestaron con tarjeta amarilla a Valtinho y Salido.
Goles: 0-1, minuto 8, Pascu. 1-1, minuto 10, Nino. 1-2, minuto 12, Pascu. 1-3, minuto 13, Guillem. 1-4, minuto 28, Valtinho. 1-5, minuto 32, Francis. 2-5, minuto 34, Clayton. 2-6, minuto 37, Pascu. 3-6, minuto 37, Clayton, de penalti. 4-6, minuto 38, Ernesto, de doble penalti. 4-7, minuto 38, Dani Pino. 5-7, minuto 39, Ernesto. 6-7, minuto 40, Clayton. 7-7, minuto 40, Clayton. 8-7, minuto 40, Clayton, de penalti.
Incidencias: Partido disputado en el pabellón Blancadona ante 150 personas.
Tomás Sánchez Venzalá
Y al séptimo día descansó. Y no hablamos de Dios, sino del Gasifred, que también sabe obrar milagros. El equipo azulino tuvo fe -y mucha- en la tarde de ayer y fue capaz de remontar el 4-7 que reflejaba el marcador a falta de 2.40 para la conclusión del partido, con, además, tres goles en los últimos 36 segundos. Sencillamente, impresionante.
Con la táctica del portero-jugador, el conjunto de José Luis Pérez Escrich desdijo a su destino, ése que quería descartarle de la pelea por el título liguero en la jornada de ayer. Hasta el minuto 32, el cuadro azulino había estado prácticamente a merced de los catalanes, en los que brilló el acierto rematador de Pascu y la elegante dirección de Valtinho. Entonces, y con 1-4 en el electrónico, el técnico local apostó por dar entrada a Roberto Herrero en sustitución del portero Iván.
En ese instante, el partido iba a cambiar de rumbo. Nadie podía imaginárselo, menos incluso cuando, 27 segundos después, Francis cortó un balón en el centro del campo y, desde ahí, marcó a puerta vacía. Los visitantes lo celebraron como si hubieran conquistado la Copa de Europa. No sabían lo que se les avecinaba.
La reacción
Herido en su orgullo, el Gasifred se puso las pinturas de guerra y se puso el cuchillo entre los dientes. Vivir o morir. No quedaba otra. Y es que la entrada del quinto hombre con un marcador así puede servir tanto para realizar proezas como para firmar uno de los peores partidos de la historia. Que le pregunten al Ripollet, que, con 4-0 en contra, probó fortuna y se acabó llevando un 10-0 en Blancadona este curso. Al Gasifred no le esperaba ese final, sino uno muy distinto. Con Roberto Herrero tirando de casta -hizo alguna intervención de mérito como portero-, Ernesto haciendo de Laudrup -dio varios pases de gol- y Clayton en plan depredador -firmó cinco goles, dos de penalti y tres en el segundo palo-, el equipo azulino cambió el signo del partido.
Ernesto inició el camino de la remontada con un zapatazo escorado a falta de 1.22 para el final. En los últimos compases, Clayton metió el pie en el segundo palo tanto a falta de 36 como de 23 segundos para igualar la contienda. 7-7 y júbilo en la grada.
La puntilla
Sin embargo, la fiesta no había terminado, porque el brasileño no había pronunciado su última palabra; una ingenua mano en el área catalana supuso la oportunidad para escalar al cielo con sólo ocho segundos por delante. El pequeño Buda puso el esférico sobre el punto fatídico y no falló, resucitando a un Gasifred al que poco antes se daba ya por muerto en la lucha por la Liga.
Ni el tiempo muerto solicitado por el técnico visitante antes del penalti ni la presión de dar los puntos a los suyos pudieron con el pívot Clayton, que firmó el definitivo 8-7 en un final que ni el mismísimo Alfred Hithcock hubiera escrito. Y es que él no firma milagros; el Gasifred, sí.