F.Fernández
Seguir con la M1 o cambiarla por la Desmosedici. O lo que es lo mismo: continuar en Yamaha o firmar por Ducati. Esa es la tesitura en la que se mueve Jorge Lorenzo, con el Gran Premio de la República Checa como telón de fondo. El interés de la fábrica de Borno Panigale, del que ya informaba Ultima Hora el pasado miércoles, se ha acentuado en Brno, donde la marca italiana ha intercambiado opiniones con el piloto balear y su entorno en vistas a conocer sus demandas deportivas y económicas. Los problemas de salud de Casey Stoner -será baja durante tres carreras- y las dudas sobre el futuro del austrialiano han hecho que Livio Suppo y su equipo haya activado la maquinaria para atar a un número uno de garantías. Y el mercado, toda vez que Pedrosa ha renovado por Honda y Rossi parece inseparable de Yamaha, ofrece a Lorenzo como la baza más atractiva. La operación que supondría la llegada del mallorquín a Ducati cuenta con el visto bueno y el apoyo de la multinacional tabaquera Philip Morris (Marlboro).
El aspecto económico parece acercar a ambas partes, y el potencial de la Desmosedici y una factoría con tradición en el Mundial de MotoGP se añaden como alicientes a una propuesta que mantiene en el aire, en función de su recuperación, si Stoner sería su compañero de box si se cierra la operación.
Mientras, la renovación con Yamaha sigue abierta. Con la continuidad de Pedrosa en HRC, la marca de los tres diapasones y Ducati son las dos vías abiertas. Masao Furusawa y Lin Jarvis (Yamaha) ya hicieron su oferta -igualando las cantidades y condiciones actuales- y esperan una respuesta. Ducati, ahora sí, va a por todas.