Si hay un jugador que comenzó la temporada de manera espectacular en la Peña Deportiva Santa Eulària, ése es Vicent Ferrer. El atacante peñista sorprendió a todos con un inicio en el que salía a gol por partido. Sin embargo, las lesiones, las sanciones y el despertar de sus compañeros le han hecho pasar unas semanas en un segundo plano. Ahora, el jugador ya está «totalmente recuperado de sus molestias», tal y como afirmó ayer el técnico Luis Rueda, y dispuesto a ofrecer de nuevo su mejor versión, la de un jugador con condiciones para desequilibrar y ayudar a los suyos a quedar lo más arriba posible.
Al comienzo de la competición liguera, llamó bastante la atención el hecho de que fuera el canterano el que sacara las castañas del fuego de un equipo confeccionado con el objetivo de regresar cuanto antes a la categoría de bronce del fútbol español. Como si de un veterano se tratara, asumió la responsabilidad y cumplió con creces. Pero estaba cantado que ese ritmo -marcó cuatro goles en las primeras cuatro jornadas- no podría llevarlo. Ni él ni nadie. Y es que, en el mundo del fútbol, sólo unos privilegiados como Romario o Ronaldo han sido capaces de ello. Eso sí, fue una lesión, primero, y una expulsión, después, lo que rompió su racha.
Contra el Balears, el jugador comenzó en el banquillo por unos problemas en la espalda. Los mallorquines se adelantaron en el marcador y a Luis Rueda no le quedó otra que forzar a Vicent, quien actuó los últimos diez minutos y a punto estuvo de empatar la contienda en un remate de cabeza. Una semana más tarde, el árbitro le expulsó en el minuto 44 de juego, por lo que no pudo exhibirse demasiado y se quedó sin jugar en la séptima jornada contra el Arenal, único encuentro en el que no ha participado.
Coincidencia
Todo esto coincidió con el despertar de sus compañeros, por lo que, afortunadamente, la Peña no acusó su baja tanto como se esperaba. Osky y Nacho del Moral están desbordando por las bandas con facilidad; Carlos López tiene ya el honor de ser el pichichi de la plantilla -suma seis, mientras que Vicent acumula cuatro-; Youssuf se ha consolidado como una roca en el centro del campo; y Villodre, Neftalí, Berto, Abel, Fofi y Gavilán forman la mejor defensa del grupo, escudando a un Moro espectacular que puede presumir de ser el actual Zamora de la categoría.
Ahora, todos reman en la misma dirección y eso impide que las miradas se centren únicamente en un jugador. Así pues, con el equipo al alza, el regreso al cien por cien de Vicent hará aún más temible al plantel de Luis Rueda, invicto en las cuatro últimas jornadas con 10 puntos de 12 posibles, lo que lo ubica ya en la zona de play off.
El canterano, que promedia 58 minutos en los partidos que ha jugado y ha sido titular en cinco ocasiones, se encuentra físicamente ya tan bien que apunta a la titularidad este fin de semana en el partido contra el Ferreries, que se disputará el domingo a las 16'30 horas.
Luis Rueda, entrenador de la Peña Deportiva, afirmó ayer que Vicent es «un jugador importantísimo». «Puede jugar en varias posiciones. Tiene unas características importantes. Es muy joven y puede dar mucho. Ha sido una apuesta mía personal, porque le veía muchas condiciones y ganas. Además, es un jugador que está entrenándose a un nivel muy alto y es un gran futbolista», explicó el técnico, quien confía mucho en sus actuaciones una vez recuperado de sus molestias: «Va a volver a estar a un nivel muy alto». El preparador peñista recordó que «en su día advertí que la gente no debía alucinar cuando marcó cuatro goles en cuatro partidos. A ver si la gente cree que va a marcar cada día. Tiene un nivel alto y, si está enchufado y le respetan las lesiones, será un jugador importante en esta plantilla, pero es imposible que marque un gol por partido. Lo firmaríamos, pero no conozco a jugadores que hagan eso ni en Primera».
Rueda destacó que «es muy probable que Vicent entre a jugar el domingo, pero todos tienen las mismas opciones». «Estoy muy contento con su trabajo y está entrenándose muy bien», incidió el entrenador de la Peña Deportiva Santa Eulària.