El Ibiza Sport Island volvió a remar ayer contra corriente, como en la inmensa mayoría de encuentros disputados a lo largo de la temporada, pero dejó un buen sabor de boca. El bloque ibicenco, que afrontaba en cuadro el partido de ida de los octavos de final, plantó cara al temible Dynamo de Moscú, un plantel sin americanas pero con jugadoras con una muñeca letal y una envergadura envidiables que le hacen ser uno de los aspirantes al título continental.
Y ayer sólo lo demostró en el tercer cuarto y a ratos el resto de los 40 minutos. Quien sí apareció en casi todas las jugadas fue la inmensa Marina Kuzina, que anotó 23 puntos, capturó 8 rebotes y recibió seis faltas personales, erigiéndose como la pieza fundamental del equipo moscovita.
El partido comenzó igualado. Sin grandes ventajas. Nakia Sanford era el gran baluarte del Ibiza Sport gracias a su fortaleza defensiva y a sus buenos números en el poste bajo. No en vano, se plantó al final del primer cuarto con 10 puntos y 3 rebotes, aunque su equipo se marchó por debajo 17-21.
La zona planteada en diversos compases del choque por el visitante Sergey Schepotkin se le atragantó a las ibicencas, mientras la alero Sytnyak iniciaba su recital de puntos desde fuera de la bombilla. Un triple de esta última disparó la ventaja a ocho puntos (22-30) a los 13 minutos. Krissy Bade tomó entonces las riendas y acercó de nuevo al Ibiza Sport a través de un parcial de 10-0 antes de que acabara la primera mitad (32-37).
Tras el descanso llegó la debacle. De nuevo la presión atenazaba el juego fluido del Ibiza. El equipo ruso se aprovechó de esa ansiedad para poner tierra de por medio (parcial de 16-0, 32-46) mientras las ibicencas se ahogaban en la telaraña del Este. Con un insalvable 37-52 daba comienzo el último envite, donde la mezcla entre la rabia del equipo local y la relajación del visitante propiciaron una reacción con grandes dosis de hazaña. El 63-70 se antoja complicado de superar en la capital rusa y toda la atención debe estar en la Liga Femenina. El objetivo ahora es frenar a Olesa y recuperar para ese choque a Pirsic y Alicia López.
«Es un buen resultado y no iremos de turismo a Rusia»
Javier Quiñonero atendió ayer a los medios tras el encuentro. El técnico reconoció que «en el tercer cuarto estábamos muertos y ahora estamos felices. Teniendo en cuenta las lesiones, seis jugadoras de campo y el rival, es un resultado bueno». Quiñonero aseguró que el Dynamo «es un equipo superior a nosotros» y que «tiene jugadoras enormes», por lo que considera que «iremos a intentar ganar, pero no es nuestro partido». El entrenador, junto a Àlex Pérez, explicó que reservaron a Alicia López para estar bien mañana ante Olesa Espanyol y que Sandra Pirsic podría jugar algún minuto, aunque «no tiene ritmo de competición». En lo que respecta al partido, dijo lo siguiente: «Hay reacciones y reacciones. La de La Seu no tiene nada que ver con esta; La Seu se paró y nos dio vida y hoy -por ayer- el contrario era consciente de que era un partido a 80 minutos y ha dado el máximo y hemos podido remontar». También lamentó los cinco puntos del tercer cuarto: «Cuando no entran, no entran. No hay explicaciones científicas» y también que su equipo «tiene todas las esperanzas en remontar. No vamos a hacer turismo a Rusia».