El San Rafael sufrió su primera derrota en casa de la temporada. El cuadro de Mario Ormaechea la encajó contra pronóstico y ante uno de los peores -por no decir el peor- conjuntos de la categoría: el Independiente, un equipo que ni siquiera llegó a tirar a puerta. ¿Y cómo se puede perder un partido ante un conjunto que no dispara entre los tres palos? Pues con un autogol, obra de Víctor pasada la media hora de juego. No necesitó más el cuadro mallorquín, que se dedicó a defender y a rezar. Sí, porque ocasiones, desde luego, tuvieron los rafelers, que, como de costumbre, no supieron definir.
El partido detenía trampa y ya lo había advertido Mario Ormaechea antes del encuentro. El técnico recordó el día anterior al choque que el Independiente siempre marca y que a los ibicencos les cuesta mucho ver portería. Además, los duelos contra los equipos de la zona baja no habían sido fáciles. De hecho, el San Rafael venció por la mínima al Ciutadella (1-0) cuando era colista y no pasó del empate contra el Esporles. El 0-1 con el que concluyó el choque no hace más que dar la razón a esta serie de argumentos.
El Independiente se plantó en Eivissa con una trayectoria desoladora: un punto de los 36 últimos, siete derrotas consecutivas y ninguna victoria a domicilio. Era como un queso a punto de ser devorado por un ratón, el San Rafael. Pero había una trampa de por medio, ésa que impide la mejor versión rafelera en estos encuentros, y el ratón mordió el polvo y se quedó sin premio, atrapado por un exceso de confianza que permitió el único tanto del partido. Una falta de entendimiento entre Pedro, Torres y Víctor originó que este último alojara el balón en sus propias mallas ante la tímida presión de un delantero rival. Increíble, pero cierto.
La primera parte fue soporífera, de ésas que, desde luego, no pasan a los anales de la historia y que si lo hicieran sería por su falta de todo. Sí, porque no hubo juego, ni ocasiones ni intensidad. Nada. Lo más cerca que estuvo el San Rafael de marcar fue en un par de remates de Carlos Fernández, uno a las manos de portero y otro, de cabeza, por encima del larguero.
Dos ocasiones claras
Tras el descanso, el San Rafael sacó su orgullo y encontró algo más de espacios, pero tampoco demasiados. Eso sí, disfrutó de dos ocasiones clarísimas de gol, de ésas que parece mentira que se fallen. En cada una, Carlos Fernández y Romero encararon al portero solos, pero ninguno supo definir -el primero tiró fuera y el segundo intentó una vaselina con más pena que gloria casi en el área pequeña-. Y es que, en una tarde en la que las faltas laterales parecen ensayos, estaba claro que no era el día de los azulinos. Ni en fuera de juego, sancionado por el árbitro, pudo batir, de nuevo solo, Carlos Fernández a Juli (minuto 81). Así pues, no es de extrañar que los puntos volaran. Alguna vez tenía que pasar.
«Ellos no han hecho nada; ni han tirado»
Mario Ormaechea, entrenador del San Rafael, lamentó la derrota de ayer contra el Independiente, la cual considera injusta: «No merecimos perder. Hemos fallado tres o cuatro goles cantados. No era nuestro día». El técnico afirmó que «ellos no han chutado» y cree que el equipo peca de «ansiedad». «Los jugadores quieren hacer cosas que no saben», agregó. El preparador de los ibicencos repartió alguna que otra crítica: «Al final me haré yo la ficha. Romero ha intentado una vaselina dentro del área chica. Si estuviera fuera del área, vale, pero ahí... Y Carlos Fernández y Julio no están bien, pero es que no tenemos cambios». «Echamos en falta a los de arriba», añadió Mario Ormaechea, que piensa que los suyos estuvieron «bien al principio». El entrenador del cuadro pitiuso incidió en que el Independiente «no ha hecho nada y no ha tirado a puerta», que es lo que más le indignó.
Julio: «Falta chispa, ilusión y más ganas»
Julio, centrocampista izquierdo del San Rafael, no se mordió la lengua a la conclusión del partido. «Nos falta chispa, más ilusión y más ganas. Ahora nos cuesta ganar. No estamos al cien por cien y yo soy el primero que me incluyo», afirmó el atacante azulino. El jugador rafeler reconoció que «esta derrota duele y fuerte». «No es que hayamos estado relajados, pero si no metes las ocasiones que tienes... Hemos fallado una y otra oportunidad. Encima, el gol se lo hemos regalado.Lo tuvimos todo cuesta arriba», explicó Julio.