La primera de las cuatro finales por la permanencia que tiene por delante el Atlético Isleño voló de un desangelado Can Misses en favor de un talentoso Ferriolense que, a pesar de estar luchando por idéntico objetivo, esgrime argumentos más que suficientes como para evitar mayores sufrimientos en esta recta final de campeonato (0-3).
Toni López, autor de los tantos decisivos para el cuadro mallorquín, puso la puntilla a un equipo muy mermado en lo físico y con escaso poder ofensivo. Dos aspectos fundamentales que relucen ahora como consecuencia de la innumerable lista de bajas que ha padecido la plantilla. Falta frescura y actitud en un conjunto que sustentan únicamente el orgullo de hombres como Javi Escandell y la calidad de Galera y Suso.
Al Isleño se le está haciendo demasiado larga la temporada y podría ahogare en la orilla si no consigue al menos cuatro de los nueve puntos que tiene por delante. Los de David Torres han puesto un pie en el abismo de la Regional después de hincar la rodilla ante un rival directo. Un equipo que, a diferencia de los vileros, posee munición de sobra como para aniquilar a cualquier adversario.
El pulso inicial entre ambas escuadras se deslizó pronto del lado visitante, cuando a los tres minutos avisó José Ruiz con una especia de chilena que salió desviada. A los 12, Javi Escandell rechazó a su propia portería un disparo de Menut, pero estuvo atento Torres para atrapar el esférico. Y pasado el primer cuarto de hora, Mariano enganchó un balón desde el balcón del área que obligó la estirada del meta ibicenco.