El pasado 21 de junio el rumbo de la SD Portmany dio un volantazo cuando el Tribunal Balear de l'Esport ratificaba el ascenso de su equipo juvenil a la Liga Nacional en detrimento del campeón de la Preferente, el CF Rápid –la nueva normativa de la FFIB impide los ascensos de equipos reenganchados a una competición o de reciente creación–.
El subcampeón pitiuso se veía, de pronto, entre el selecto grupo de promesas del Archipiélago y el club se puso manos a la obra para configurar el proyecto, manteniendo las riendas del plantel en manos de Carlos Casanova y Vicente Costa Maymó.
Unos cuantos retoques aquí y allá, manteniendo la base del curso anterior, y unas dosis de ilusión conformaron la receta rojilla para hacer frente a una campaña que se presuponía ardua y tremendamente exigente.
Nadie esperaba a la perla roja. La teoría invitaba a pensar que el Portmany sería el tercero de los pitiusos (Sant Jordi y Peña Deportiva) en la escala de valores; que le costaría Dios y ayuda sacar puntos en su propósito de mantener la categoría. Tres jornadas después, la joya de Sant Antoni se mantiene invicta tras protagonizar sendas remontadas ante el temible Mallorca B (2-1) y el histórico La Salle (1-3). Junto al empate alcanzado en su estreno frente al Son Oliva (1-1), a domicilio, los chicos de Maymó y Casanova navegan en una inesperada tercera posición con siete puntos en su casillero.