Por la sangre de sus venas corre una profunda pasión por las carreras. A sus 18 años recién cumplidos, Micaela Tur Leguiza aún no posee el carnet de conducir, pero cuenta con un portentoso talento innato para el volante.
Esta joven ibicenca ostenta el exclusivo honor de ser la única mujer piloto de carreras que compite en el Campeonato de Baleares de Autocross y tiene, además, el privilegio de contar ya en su haber con un título de campeona regional en la división II-A en dicha modalidad deportiva, tras acabar segunda hace dos años en la temporada de su debut e imponerse con inusitada brillantez en la pasada edición sobre todos sus rivales masculinos.
La próxima semana esta jovencísima, guapa y audaz piloto de carreras se presentará por primera vez al examen teórico para sacarse el carnet de conducir. Mientras tanto, la vigente campeona de Baleares ya ha comenzado a calentar motores y a prepararse mentalmente para afrontar, a partir del 12 de febrero, en el circuito mallorquín de Felanitx, el reto de defender su corona autonómica a los mandos de su Peugeot 205 de 1.600 centímetros cúbicos.
—¿Cómo nace y desde cuándo le viene esa afición por competir en el exigente mundo de las carreras de coches?
—Bueno, la afición por el motor me viene desde que era muy pequeña gracias a mi padre (César Tur), que era piloto de rally. Yo veía cómo él preparaba y arreglaba su coche porque era algo que me gustaba y siempre quería ir a verle competir en las carreras que disputaba. En cuanto me preguntó un día que si quería correr, no me lo pensé mucho y me dije a mí misma que podía hacerlo porque las carreras llevaban formando parte de mí toda la vida.
—¿Qué es lo primero que le dice la gente cuando se entera de que es piloto de carreras y que, además, es usted ya campeona de Baleares de Autocross?
—Cuando me ven bajar del coche mucha gente que piensa que no puede ser verdad, que cómo es posible que siendo una niña tan chiquitita y tan joven gane en las carreras. Empecé a competir siendo muy pequeña, cuando apenas contaba con los 16 años recién cumplidos, pero todavía hay bastante gente que se sorprende mucho cuando me ven conduciendo al volante de un coche de competición. Esto es como otra cosa cualquiera, si te apasiona y te gusta te sientes feliz de poder hacerlo
—¿Qué balance podría hacernos de sus dos primeras experiencias compitiendo al volante de su coche?
—Pues, en la primera temporada a pesar de ser una debutante me fue muy bien durante la competición y conseguí quedar subcampeona. El pasado año comencé la temporada con mucha más confianza en mí misma y logré proclamarme campeona.
—¿Qué puede decirnos de sus planes de futuro?
—La de este año será mi última temporada compitiendo en Autocross. Para el próximo año mi intención es pasarme a las carreras de subida de montañas.
—¿Cuáles son sus retos más inmediatos a corto plazo para este año que va a iniciar en unas semanas?
—Mi principal objetivo para esta temporada es bajar mis tiempos y seguir mejorando técnicamente en las carreras.
—¿A qué adversidades ha tenido que hacer frente en la pista para poder superar a sus rivales, que, además, suelen ser todos hombres y mayores que usted en edad?
—La verdad es que al principio me costó demasiado. Al no tener carnet de conducir tenía muy complicado poder entrenar. Cada vez que subía al coche debía acordarme de cómo hacer bien cada cosa, dónde estaba el embrague, cómo meter las marchas o la manera en que debía tomar las curvas. Todo aquel que me haya visto en carrera habrá percibido que se ha producido un gran cambio en mí durante estos dos años.
—¿Qué siente al estar a los mandos de su coche durante las carreras?
—Como a todos los amantes de las carreras de coches lo que más me gusta sentir es la adrenalina de la velocidad y la tensión de la propia competición. La ansiedad y la presión que sientes antes de tomar la salida se transforma al momento en pura diversión, sobre todo en el Autocross, porque vamos todos los coches muy juntos en el circuito y hay que estar muy pendiente para evitar los choques por delante y por detrás entre unos y otros.
—¿Cómo está el mundo del motor en Eivissa?
—Me gustaría destacar que aquí en la isla a la gente del motor parece que nos tienen un poco olvidados. Nos han quitado las carreras del circuito de sa Coma y se ha suspendido la fecha del 26 de febrero para la prueba de Santa Agnès, con lo cual tenemos otra carrera menos con la que poder disfrutar. Y, por otra parte, en Santa Eulària se han entregado los premios del deporte y no nos han tenido en cuenta a varios de nosotros que hemos sido campeones este año en Baleares.