Eugenio Tilves Iglesias (Marín (Pontevedra), 01-02-1982) es el encargado de dirigir al HC Eivissa en un proyecto en pleno crecimiento. Hombre de club, primero fue jugador, después, coordinador y entrenador del filial, y desde el 2017 lleva las riendas del primer equipo con un éxito notable. De pelear por mantener la categoría, a luchar por el ascenso.
—Parece que este año está costando un poco más, hay mucha igualdad entre los equipos... No sé que balance hace ahora que está acabado la primera vuelta.
—Sí, lo que se dijo a principio de temporada. Los equipos se reforzaron bien, los cuatro o cinco que estaban arriba mantuvieron el bloque y ficharon gente de Asobal y de División de Honor B de equipos cercanos. Hay una igualdad bastante grande, sobre todo cuando juegas fuera de casa, que también influye el arbitraje. Está todo tan igualado que no tenemos muy claro que va a pasar. Todo el mundo nos dice que vamos a estar en la lucha al final con otros cinco o seis equipos. Aún queda mucho, falta acoplar y que la gente se suelte un poco. También es muy importante el tema de las lesiones, no sólo las nuestras. Por ejemplo, a Elche se le lesionó el mejor jugador y lo está notando. Con tanta igualdad, los detallitos serán los que marquen las diferencias.
—El pasado fin de semana, en la derrota en Elda, fue uno de los más partidos que más decepcionado le recuerdo.
—Sí... no entrenamos bien, tuvimos un montón de lesiones durante la semana, algo que no me vale de excusa. Queríamos competir un poco más, nos quedamos con sensaciones de que no nos metimos nunca en el partido. Fue el duelo que menos competimos del año y nos queda mal sabor de boca. Cuando teníamos buenas sensaciones, nos llegó esta oleada de lesiones y nos ha hecho bajar un poco el nivel, se nota que hemos tenido que bajar el ritmo de entrenamiento.
—Está teniendo muchas lesiones, ¿es el momento más complicado desde que ha cogido las riendas del equipo?
—No, estamos contentos donde estamos. No esperábamos estar líderes, ni mucho menos. Podíamos perder en la pista de Elda o en casa contra Algemesí. Los único, son las sensaciones de poder haber competido un poco más. También hemos tenido un par de patinazos fuera de casa que también entran dentro de la lógica. El equipo está junto, está con ganas y el nivel defensivo está más o menos como siempre, lo que pasa que tenemos muchos más ataques, corremos más y tenemos más porcentaje de ataque y eso hace que también nos metan más goles.
—Eso le iba a decir. Si miramos la estadística, el curso pasado eran el equipo menos goleado y este año hay varios equipos que reciben menos.
—A nivel estadístico puede ser, pero creemos que hemos mejorado a nivel general. Metemos más goles en contraataque y más goles en ataque organizado. Sobre todo se nota en nuestras sensaciones, somos peligrosos casi todos, tenemos más ritmo... Lo dicho, hemos crecido como equipo. En defensa las lesiones influyen, primero fue Chelu, ahora es Olea... estamos un poco justos de gente, pero cuando defendemos, es muy difícil hacernos goles.
—Más goles, más velocidad, más contraataques... ¿Qué influencia tiene el fichaje de Javi Aragón en este cambio?
—Bueno, Javi nos está dando más gol. Más recursos en ataque en los momentos que podemos estar más atascados. Es un jugador que tiene lanzamiento exterior y que también dirige el equipo. Además, tiene experiencia y le gustan los partidos duros. A parte de que en el equipo nos conocemos todos un año más, tenemos a alguien más que también aporta a nivel individual. Todo suma.
—Mencionaba antes la derrota en casa. Cuando un equipo lleva tanto tiempo sin perder en su pista y cae, ¿afecta mentalmente?
—No, es un partido más. Sabíamos que iba a pasar tarde o temprano. Era ilógico estar tanto tiempo sin perder. En casa el público nos da ese plus, también aprieta a los árbitros y nos sentimos muy cómodos. Puede llegar otra derrota o podemos volver a estar otro año sin perder en casa. No le damos mayor importancia.
—Me habla del ambiente de es Pratet.
—Es la pista que más aprieta de todo el grupo. Hay pabellones que tienen más público, pero son más fríos. Nosotros cuando ganamos fácil, notamos que el pabellón está frío y se hace raro. La gente quiere esa emoción, están acostumbrados a sufrir y en los partidos igualados, son ellos los que marcan las diferencias. Si ellos están metidos, el equipo va solo y los árbitros también lo notan. Pitar aquí es complicado.
—Decía que más o menos esperaba estar en esta situación. ¿Dónde cree que está el objetivo real del equipo?
—Nuestro objetivo es intentar competir contra todos los equipos. Creemos que si hacemos las cosas bien y somos duros, le podemos ganar a cualquiera, pero si no lo hacemos también podemos perder con cualquiera. Desde ningún momento nos pusimos objetivos de clasificación. Queremos medirnos con todos porque creemos que podemos ser competitivos contra todos. Si lo hacemos, ahí estaremos. ¿La fase de ascenso? Ojalá.