Pau Ribes Culla (Barcelona, 01-09-1995) es el gran pionero de la natación sincronizada masculina en España. Ribes es el actual campeón nacional y cuenta con cuatro bronces en Europeos en la modalidad del dúo mixto. El nadador visitó Ibiza, junto con su actual pareja deportiva Emma García, también doble bronce en Glasgow 2018, y la entrenadora del dúo Anna Vega, para dar una exhibición y una masterclass en el marco de la Mens Cup que se está celebrando en es Viver.
—¿Cómo llega a ser campeón de España y bronce europeo?
—En toda mi vida siempre he estado en el agua, es donde me sentía bien. He tenido muchos problemas a nivel de colegio porque soy un chico con hiperactividad y déficit de atención y, la verdad, es que en el agua estaba bien. Empecé con natación y la sincro la descubrí a los siete años. La sincro me ha hecho ser mejor persona, me ha ayudado a poder concentrarme. He llegado hasta aquí haciendo lo que me gusta. Realmente creo que puede llegar cualquiera. En este caso he tenido que romper más barreras, pero alguien tenía que empezar con este deporte. Me ha tocado a mí y, nada, orgulloso de ser el primero.
—Empieza muy joven con la sincronizada. Supongo que en el colegio no sería fácil al ser un deporte con un género femenino tan marcado.
—Bueno lo típico, en el colegio, tus compañeros hacen deportes de pelota, fútbol, baloncesto, alguno tenis... la natación aún está bien vista, pero la sincronizada siendo un chico... pues claro, era el primero. Al principio fue raro con lo compañeros, pero luego se iban adaptando, lo respetaban. Yo hacía lo que me gustaba, independientemente de los comentarios, con la ayuda de mis compañeros y de mis padres. Que los tengas ahí apoyándote es clave.
—Decía antes que es un orgullo ser el pionero. ¿Qué le dice a los chicos que quieran seguir este camino?
—Alguien lo tenía que hacer y me ha tocado a mí, simplemente. La gente me ve especial, pero yo soy humano como todos. Cada uno tiene sus cualidades y todos tenemos que encontrar nuestro camino y les motivo a ello. Al final, todos llegamos al mismo lado y unos tardan más y otros menos. Yo he tardado más, porque por ejemplo con los estudios me ha costado. Nuestra lucha es que el deporte no debería tener sexo.
—¿Cuáles son las principales diferencias entre un hombre y una mujer en la sincronizada? Supongo que un dúo mixto no tiene nada que ver con uno femenino.
—No, está claro. Hay muchas diferencias, empezando por la flexibilidad que es lo básico. Una chica, ya de por sí, normalmente tiene más flexibilidad que un chico. Es algo que se puede entrenar desde pequeño y que cuanto antes se empiece, mucho mejor. Pero yo creo que en el mixto se busca la fusión. El chico tiene más fuerza, la chica más flexibilidad. Que se vea la parte femenina más de diva, depende de la coreografía. Creo que la fusión es superchula. Cuando ves otros deportes mixtos también llama la atención. Es la búsqueda de ese juego y ver cómo se puede trabajar en este sentido.
—¿Cuáles son sus referentes?
—Si no hablamos de sexos, está claro que Gemma Mengual. Para mí, y creo que para todos los españoles, siempre ha sido un gran referente. Es a la que veías en la televisión. Por otra parte, si hablamos de hombres, Bill May. Es el padre de la sincronizada masculina, es el que ha empezado todo este movimiento y sin él, no hubieran sido posibles estos cambios. A parte de la sincro, Valentino Rossi siempre me ha llamado mucho la atención porque creo que es un hombre que tiene las cosas muy claras y la actitud de ser uno mismo. No hacer ningún papel, ser natural.
—No todo el mundo tiene la posibilidad de trabajar con su referente.
—La verdad que cuando a mí me dicen en 2015 que tengo que nada con Gemma, no me lo creía. ¿Qué me estáis contando? Es imposible. No me veía capaz de nadar a su lado, pero desde el minuto cero su trabajo fue valorarme y hacerme ver que esto lo hacía por mí y por los otros chicos que vienen detrás. Gemma me ha dado confianza en mi mismo y valor para superar a esto.
—El mixto ya está en el Europeo y en el Mundial. ¿Para cuando en los Juegos Olímpicos?
—Este es el trabajo que estamos haciendo. Todo está yendo muy rápido. En los Juegos hay una lista de deportes que se tienen que ir aprobando, hay muchos que llevan años esperando. Nosotros estamos ahí, necesitamos gente. Para Tokio parece que no, pero para las próximas esperemos estar. Si yo no llegara a verlo como nadador, espero que sí como seguidor.
—El mundo del deporte está cambiando y cada vez hay más referentes en deportes menos conocidos y se rompen muchas barreras. Se acaba de retirar Javier Fernández en patinaje, por ejemplo.
—Está claro que entre todos estamos haciendo este trabajo, no es algo único de la sincronizada. Son muchos deportes los que están cambiando. No sólo a nivel masculino, también está la lucha de las mujeres. ¿Por qué no podemos ver a chicas futbolistas y que te retransmitan el partido y que la gente las vaya a ver y animar igual? Son estereotipos que tenemos que romper. Independientemente de tu género o tu orientación sexual, un deporte lo debería poder practicar cualquiera. En esto estamos, en romper estereotipos y barreras. Intentar que algún día todos los deportes puedan ser practicados por cualquier sexo. Ya sé que es difícil, pero entre todos nos ayudamos.