Oliver Mendoza ha vuelto a la actividad en la Spado Soccer Academy, una academia especializada en el entrenamiento, formación, desarrollo y perfeccionamiento del jugador de fútbol en República Dominicana. Tras varios meses de inactividad por culpa de la pandemia de la COVID-19, el ibicenco por fin ha podido ponerse de nuevo el mono de trabajo, aunque la situación del país mantiene la incertidumbre y no es descartable que tenga que acabar saliendo de él.
El entrenador recordó que abrieron «el 9 de marzo y el 16 se tuvo que cerrar». «Hemos estado parados hasta el 10 de agosto, sin poder prácticamente ni pisar la cancha. Durante este tiempo, ha sido superdifícil todo, porque había toque de queda a las cinco de la tarde; luego, hasta las siete los fines de semana y, ahora, hasta las cinco de nuevo. Estaba todo cerrado. El deporte, evidentemente, no ha sido prioridad. Hemos vivido meses de incertidumbre», explicó.
Tanto es así que incluso se llegaron a plantearse «ir cada uno a su casa». «Lo que pasa es que vimos que en España tampoco era la cosa fácil. Decidimos seguir un poco más y, ahora, hemos podido abrir», explicó.
Ahora, toca ver cómo evoluciona la crisis sanitaria. «Confiamos en hacer el trabajo que nos permitan hacer y hasta dónde podamos. No queda otra. Sabemos que es una situación difícil. Tenemos un desequilibrio grande. Ya vamos perdiendo 3-0 como quien dice, pero tenemos que salir a empatar. Por mi parte, apoyaré lo máximo a la empresa en lo que pueda necesitar. Mi objetivo será aportar todo lo que pueda durante el tiempo que esté aquí».
En cuanto a la pandemia en República Dominicana, comentó que «el gobierno tomó una serie de medidas que no dieron el resultado esperado y se incrementaron mucho los casos. No hay un poder económico aquí como para hacer un cierre total, porque muchos viven del día a día. Ahora, hay un presidente nuevo. Está tomando medidas. Parece que los resultados pueden ser más favorables. Esperemos resultados positivos para salir de esta situación».