La etiqueta de sorpresa se le va a quedar pequeña al Sant Jordi si juega como lo hizo ayer ante el Santa Catalina. El triunfo fue tan claro, como corto el marcador. El 1-0 no hace justicia a un encuentro en el que los locales tendrían que haber ganado con mucha más comodidad.
El partido comenzó con dos equipos que no querían arriesgar. El Santa Catalina buscaba el juego directo, mientras que el Sant Jordi intentaba combinar un poco más, pero sin complicarse en exceso. Así se llegó al minuto 10 sin ocasiones de gol. Un par de balones colgados al área en la estrategia, uno para cada equipo y poco más.
En el 17, Adrián tuvo que intervenir para salvar una ocasión muy peligrosa en el que el atacante mallorquín había roto las líneas para quedarse cara a cara con él. Tapó bien y la oportunidad se perdió para alivio de la afición local.
Un disparo lejano de Cholo en el 25 arrancó los aplausos de la grada, pero lo cierto es que estaba más cómodo el equipo visitante sobre el terreno de juego. Y entonces llegó el gol. Un mal despeje del portero visitante fue aprovechado por Cobos para con un disparo lejano marcar a portería vacía 1-0, minuto 26.
En la siguiente acción pudo llegar el segundo. Gran centro de Mario y el remate de cabeza en el segundo palo de Rosillo se estrelló contra la madera. El gol sentó muy bien al conjunto jordier que se hizo con el mando del encuentro.
En el 35, se perdió otra ocasión clarísima. Mario se marchó en velocidad, se internó en el área e intentó regalarle el gol a Rosillo. Al envío le faltó fuerza y llegó un defensa para desviar a córner.
Antes del descanso, Rosillo perdonó la vida al Santa Catalina. Cholo se la dejó atrás para que fusilase, pero se le marchó muy desviada. Con un Sant Jordi mandando en el marcador y en el juego se marcharon los jugadores a los vestuarios.
Ocasiones sin premio
Los locales salieron con fuerza en la segunda parte y las dos primeras llegadas fueron para ellos. Primero, Mourelo y, después, Rosillo, no encontraron el camino al gol. Tampoco culminaron ni Rafa ni Cholo, poco después.
El dominio era total, pero con un marcador tan corto se libraron los ibicencos en el 52. Precious recibió el balón en el área, disparó a la media vuelta y el esférico tocó en un defensa para marcharse rozando el palo. Ocasión clarísima.
Poco después, a punto estuvo de marcar un golazo Mourelo en un disparo directo de falta que se marchó cerca de la escuadra. En la siguiente, Adrián estuvo atento para despejar un pase en largo que tenía mucho veneno.
En el 60, Rosillo obligó al portero visitante a sacar una mano para desviar a córner un disparo desde la frontal que le salió bastante centrado. Tres minutos más tarde, el atacante la tuvo otra vez. Le pegó con potencia y el cuero se marchó cerca del marco.
Los minutos iban cayendo y los jordiers seguían coleccionando ocasiones. Cholo no llegó a un centro de Mourelo en una buena combinación de balón en la que el extremo recibió en ventaja. Los ibicencos estaban dejando con vida al Santa Catalina.
A la madera en el 72. Cholo golpeó con fuerza una falta en la frontal en la que tocó un compañero para abrir ángulo y el balón se estrelló en la base del palo cuando el portero ya no tenía nada que hacer.
En la recta final del choque el Sant Jordi siguió dominando, pero el ritmo cayó y las ocasiones empezaron a escasear. Tampoco sufria en defensa ante un Santa Catalina que se veía claramente inferior.
Cuando se llegaba al 90, el Santa Catalina se quedó con uno menos. Ahí acabó el partido. Pudo llegar el segundo, al igual que pudo haber llegado antes. No fueasí. Los ibicencos ganaron por la mínima, pero lo cierto es que pudo haber sido una goleada de escándalo si hubiesen estado acertados.
Con esta victoria, el Sant Jordi se sitúa en la segunda posición de la tabla a tan solo un punto del Platges de Calvià.