No hay manera. La UD Ibiza-Gasifred sigue sin saber lo que es ganar en casa esta temporada. Ni siquiera el cambio de pista –ayer tuvo que jugar en el pabellón de es Pratet en lugar de sa Blanca Dona– acabó con el maleficio como local de los celestes, que ayer no pasaron del empate contra el Cerdanyola (2-2).
El inicio del partido fue frenético. En la primera aproximación, Charly cazó un balón al borde del área para golpear de primeras y subir el 1-0 tras tan solamente ocho segundos de juego. Los locales buscaron intensamente el segundo y tanto el propio Charly como Parra estuvieron cerca de poner tierra de por medio aún en el primer minuto.
Sin embargo, lo que no tardó en llegar fue el empate. A los dos minutos, Toti, también en el primero disparo de los suyos, niveló la contienda con un lanzamiento raso desde unos diez metros que se coló junto al poste izquierdo de Iván.
El encuentro entró en una fase de alternancias de dominio y ocasiones, si bien el Gasi parecía más entero sobre la pista. De hecho, acabó marchándose al descanso con ventaja gracias a otro zapatazo de Charly. El jugador celeste le ganó el cuerpo a cuerpo a su marcador y cruzó la pelota a la red desde una posición escorada mediado este primer periodo.
Los visitantes achucharon en los últimos instantes en busca de la igualada, pero no la encontraron. Eso sí, los de José Fernández se llevaron un buen susto en el minuto 17, cuando Gordillo chutó desde su propio área al ver a Iván adelantado, quien se tropezó al tratar de recuperar la posición y cayó al suelo. Afortunadamente, la pelota se marchó por encima del travesaño, manteniéndose inamovible el 2-1.
En la segunda parte, el decorado cambió por completo. El Cerdanyola salió mucho más enchufado y acechó continuamente a un Gasi que poco tenía que ver con el del primer tiempo.
Después de varios intentos, con un disparo al larguero incluido y una aparición providencial de Antoñito bajo palos para evitar el tanto de Amores, Toti puso la igualada en el marcador con un zapatazo abajo que pilló al guardameta a contrapié.
Fernández apostó entonces por situar a Parra de portero-jugador. Tenía su lógica. Los suyos no estaban viendo puerta con facilidad y, encima, estaban siendo acosados. Sin embargo, la UD Ibiza-Gasifred no fue capaz de generar ocasiones clamorosas. Sólo una genialidad de Miguel León, que buscó el gol de espuela, rozó un tanto que también acarició el Cerdanyola, especialmente en un disparo lejano de Toti que Delgado desbarató con la cabeza al filo del área mientras se hacía el cambio de Parra por Iván.
Al final, reparto de puntos y otra jornada más sin ganar en casa para un cuadro celeste que cierra el año con un sabor amargo. Tuvo dos oportunidades este fin de semana para estrenar su casillero de triunfos como local y no aprovechó ninguna.