Increíble, pero cierto. La UD Ibiza eliminó a uno de los mejores equipos de la Copa del Rey y lo hizo a lo grande, con un incontestable 5-2 sobre el Celta de Vigo. El equipo unionista dio una lección a su rival, que pagó caro no salir de inicio con sus mejores hombres. El conjunto de Juan Carlos Carcedo, que espera en el sorteo del viernes a otro grande de Primera, se convirtió así en la primera escuadra de la isla de Ibiza que doblega a un contrincante de la máxima categoría.
Como era de esperar, la UD Ibiza salió con todo su arsenal, con su actual alineación titular, en clara señal de que la Copa le gusta y que buscaba un triunfo para seguir haciendo historia. Por contra, el Celta de Vigo reservó a varios de sus principales hombres. Sin Aspas ni Nolito, por lesión, ni otros jugadores que se quedaron fuera de la convocatoria por decisión técnica, Eduardo Coudet plantó un once con siete jugadores del primer equipo y cuatro del filial, al borde de la alineación indebida. Cracks como Denis Suárez, Santi Mina, Brais Méndez y Olaza comenzaron el choque en el banquillo.
Foto: Daniel Espinosa.
Ni en lo mejores sueños se habría escrito un guion parecido al del primer tiempo. Tres goles en menos de media hora de juego, con un Sergio Castel desatado, daban prácticamente ya el pase a los ibicencos. Alguno que otro se frotaba los ojos para comprobar si lo que estaba presenciando era cierto o, como diría Anthony Blake, producto de su imaginación.
El espigado delantero unionista abrió la lata antes de cumplirse el primer cuarto de hora al cabecear a la red un centro desde la derecha de Fran Grima. Los celtistas no supieron reaccionar ante una Udé que siguió insistiendo sobre el área rival. Fruto de ello, el propio Castel, en una acción individual ante Aidoo y Aarón, cruzó la pelota desde la frontal para poner tierra de por medio. Tuvo algo de suerte en el disparo, porque rebotó ligeramente en el pie del debutante lateral izquierdo del cuadro gallego y Villar, vencido, solo pudo ver cómo el esférico se alojaba en las mallas.
Todavía se estaba celebrando en la grada el segundo tanto cuando, acto seguido, llegó el tercero. Una jugada de tiralíneas iniciada por Javi Lara con un toque sutil hacia Davo lo acabó pasando al punto de penalti el ex del Langreo para que Javi Pérez, llegando desde atrás, fusilara a bote pronto la portería gallega. Vaya meneo.
Foto: Daniel Espinosa.
La afición celeste festejaba lo que estaba viendo y en la grada se coreaba «Ibiza es de Primera». Y es que parecía que se habían invertido los papeles en Can Misses y que el de la máxima categoría nacional era el conjunto de Juan Carlos Carcedo. No en vano, el Celta ni siquiera había creado peligro ante la meta de Germán. De hecho, había realizado un solo disparo hasta entonces, obra de Beltrán.
El Ibiza quitó un poco el pie del acelerador, como era lógico, y el Celtiña generó sus primeras ocasiones en el último cuarto de hora. Un cabezazo de Lautaro desbaratado en dos tiempos por Germán a los 31 minutos fue la primera llegada de peligro real de los visitantes, que también probaron fortuna sin éxito con algún disparo lejano que no varió el marcador en estos primeros 45 minutos.
Así, se tomó camino a vestuarios con 3-0 en el electrónico. Por segunda vez en la historia, según el experto en datos Míster Chip, un equipo de Segunda B o inferior categoría le ha ganado por tres o más goles a un Primera en el primer acto. El precedente data de 2009, cuando el Alcorcón le ganó por 4-0 al Real Madrid, partido que marchaba 3-0 al descanso.
Reanudación
La segunda mitad se reanudó sorprendentemente sin cambios. Coudet no tocó absolutamente nada y cuando lo hizo ya era tarde. A los 61 minutos, Manu Molina, a lo Panenka, transformó el 4-0 tras un penalti cometido por Fontán sobre Kike López.
Fue entonces cuando el técnico visitante realizó cuatro cambios a la vez. Mina, Denis Suárez, Alfon y Brais entraron por Okay, Beltrán, Emre Mor y Baeza. Los celtistas mejoraron paulatinamente ante una UD Ibiza que también fue moviendo su banquillo y recortaron distancias en el minuto 79. Santi Mina cabeceó a la red un centro de Denis Suárez para marcar lo que parecía el gol del honor.
Foto: Daniel Espinosa.
Los de Carcedo se encerraron atrás en estos últimos minutos para defender su ventaja ante un Celta crecido y que recortó más distancias incluso con un voleón de Jordán. Hasta disfrutó de un penalti en el 90 que Germán detuvo a lanzamiento de Mina. Ahí murió un partido que Rodado se encargó de redondear con el definitivo 5-2 a la contra, poniendo así fin a su particular maldición ante la portería contraria este curso.
De esta forma, la Udé completó toda una gesta para la historia y estará en el bombo del sorteo de dieciseisavos de final con la posibilidad de que un adversario aún más potente visite Can Misses este mismo mes. Además, según Mister Chip, se convirtió en el sexto equipo de Segunda B o inferior categoría que endosa cinco o más goles a un rival de Primera en la historia. Impresionante.