Los pasos para que Can Misses se convierta en un estadio válido para albergar partidos de Segunda División comenzaron ayer, día en que comenzaron los trabajos de adecuación del recinto deportivo. Un grupo de operarios comenzó ayer el proceso de desmontaje de las gradas supletorias, una condición necesaria para, más adelante, proceder a crear el nuevo graderío y otra serie de medidas de obligado cumplimiento para formar parte de la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
Las primeras labores se llevaron a cabo sobre las denominadas gradas Sa Caleta y Ses Salines, que son las situadas en el fondo sur. Alrededor de una decena de personas se encargaron de dicha tarea.
Además, desde ayer está prohibido temporalmente aparcar en ciertas zonas aledañas al estadio. Por la mañana, unas señales de tráfico situadas en la calle de sa Vènda des Coloms indicaban dicha prohibición «hasta finalizar las obras», si bien por la tarde fueron trasladadas a la calle Campanitx. Desde el Ayuntamiento de Ibiza justificaron que estas señales se encuentran ahí «porque se están retirando las gradas supletorias del estadio». «No son obras, sino la retirada de la grada», puntualizaron.
Por su parte, la UD Ibiza informó sobre los trabajos de ayer que son «temas de construcción». «Todavía estamos en proyecto y cuando venga la Liga [de Fútbol Profesional] y esté todo planificado informaremos sobre ello», agregaron desde la entidad celeste.
A día de hoy, la firma del convenio de para que el Consistorio ceda a la UD Ibiza el uso de Can Misses, aparentemente en exclusividad, sigue sin hacerse oficial. Los clubes y equipos involucrados, tanto por el uso de Can Misses como del campo interior de césped de la pista de atletismo de la instalación aledaña, continúan sin tener constancia de ningún tipo de traslado.