La UD Ibiza y el Huesca empatan al término de la primera mitad en Can Misses (1-1). Los unionistas se adelantaron en el marcador por mediación de Goldar, pero Joaquín empató de inmediato. Como se veía venir, Sergio Castel no entró en el once inicial.
Las molestias que arrastraba durante la semana le dejaron fuera, pero no sólo de la alineación, sino incluso de la convocatoria. Su posición en punta la fueron alternando diversos atacantes, entre ellos Davo, principalmente, y Cristian Herrera, si bien este se dejó ver más por la izquierda. Dos de las tres novedades en la alineación se encontraban en el costado derecho, con Fran Grima como lateral en lugar de Cifu y Miki Villar como extremo. Además, la portería la defendió Germán.
Más modificaciones presentó el conjunto oscense, concretamente cuatro: Gerard Valentín, Joaquín Muñoz, Juan Carlos e Ignasi Miquel. Dos de estos cambios eran obligados por la baja de sus máximos goleadores, Seoane y Escriche. Además, Lago Júnior y Pedro Mosquera no entraron en el once inicial. El partido comenzó como un tiro.
Tres minutos y medio necesitó la 'Ude' para adelantarse en el marcador. David Goldar voló en el área para cabecear a la red un córner ejecutado por Manu Molina. La acción no cesó lo más mínimo y Miki Villar tuvo el segundo apenas dos minutos después, pero su disparo raso lo despejó Andrés Fernández.
Del 2-0 se pasó al 1-1 en un santiamén. Los celestes no tiraron bien el fuera de juego y Gerard Valentín y Joaquín, que marcó a puerta vacía a pase del primero, trenzaron la jugada del empate. La jugada tuvo que ser revisada por el VAR puesto que se había decretado fuera de juego en primera instancia, pero finalmente el tanto subió al marcador. Siete minutos, dos goles. Locura en Can Misses.
El encuentro estaba completamente revolucionado y podía pasar cualquier cosa. Guerrero tuvo una gran oportunidad en un disparo desde el interior del área al que respondió el portero a la perfección en el minuto 11. Poco después, el larguero frustró un lanzamiento de falta del visitante Pablo Martínez. Menudo primer cuarto de hora.
La intensidad, que estaba siendo muy alta, empezó a bajar a partir de entonces. Y es que el ritmo estaba siendo infernal. El cuadro de Paco Jémez trató de apagar las ideas de su adversario mediante el toque y los azulgrana también cerraron mejor sus espacios atrás, neutralizando también así a los ibicencos.
El duelo se durmió en cuanto a ocasiones, pero en la recta final pudo moverse el marcador de no ser por el palo. Miki Villar, que previamente había recibido un pase mágico de Manu Molina, metió el pase de la muerte y Herrera remató al poste. En la siguiente acción, Goldar rozó también el segundo en un saque de esquina, pero la pelota la sacaron prácticamente bajo palos y la primera mitad concluyó con 1-1 en el electrónico.