Óscar Pereiro Sío (Pontevedra, 3-8-1977) volverá este año a Ibiza para participar en la Vuelta a Ibiza BTT después de haber participado hace tres en la Vuelta Cicloturista. Ganador del Tour de Francia en 2006, es uno de los grandes nombres de esta edición que volverá a contar con un millar de ciclistas en las tres etapas que se celebran de mañana al domingo.
—Otra vez por Ibiza, parece que le ha cogido gustito
—Yo creo que es una deuda que tengo que saldar. Estoy comprometido con la organización desde hace dos años y tenía que cumplir. En su día explotó la pandemia cuando ya tenía los billetes y todo comprado. Además, no se trata solo de cumplir, también está la voluntad de querer venir a un sitio donde el trato ha sido genial y se disfruta de la bicicleta.
—Lo mencionaba ahora, pero parece que poco a poco vamos recuperando la normalidad.
—Sí, tenemos que ir normalizando. Yo hace tiempo que no tengo una conversación profunda sobre el virus. Hay que ir normalizando y el deporte fomenta las relaciones. Espero que pronto podamos pensar que la pandemia es parte de nuestra historia negra.
—¿Qué tienen estas carreras e Ibiza para andar en bicicleta?
—Yo puedo hablar de la experiencia de andar en bicicleta por la isla. Es una isla hospitalaria, se hacen amistades, recibes buen trato. Yo no la he corrido todavía, pero todo el mundo que habla de la Vuelta a Ibiza BTT te dice que es una carrera competitiva donde algunos van muy rápido, pero que también es una fiesta de la bicicleta y de amistad. El objetivo es disfrutar de la prueba y vivir una experiencia en un paraíso natural. Una prueba de mil dorsales que agota las plazas nada más salir, algo debe estar haciendo bien. Cuida mucho al participante y todos quieren volver.
—Además, siempre cuenta con un cartel interesante. Ganadores de Tour incluidos.
—Sí, tiene deportistas y exdeportistas. El mundo del motor siempre está muy presente y también exciclistas de renombre. Cuando te tratan bien y te tratan con cariño terminas volviendo.
—Cada vez que el Villarreal se ha metido en semifinales de la Champions, usted ha ganado el Tour de Francia. ¿Cómo se ve este año?
—(risas) Lo vi en redes sociales y justo se lo estaba diciendo a mí mujer. Pues el Villarreal sólo se había metido una vez y Óscar Pereiro solo ha ganado un Tour, así que o vuelvo a competir a nivel profesional o se quedará en una anécdota. La verdad que lo del Villarreal tiene un mérito increíble, q ue hayan eliminado a todo un Bayern es espectacular.
—Hablando del Tour y alejándonos de Ibiza. Parece difícil que alguien le pueda toser a Pogacar. Tan joven y tanta superioridad. Subiendo, contrarreloj, hasta en las clásicas. Le da igual el terreno. ¿Ve a alguien desplazándole o tenemos ganador para muchos años?
—Hacía muchísimo tiempo que no veía a alguien con esa superioridad, que gana todo lo que corre en diferentes paisajes. Es un corredor que al 100 % es difícil toserle, pero en una carrera de tres semanas hay caídas, pinchazos... Aunque Machín también le ha rodeado de un súper equipo. Creo que la única manera de ganarle es a nivel de equipo, con táctica. En el tú a tú muestra una superioridad, una ambición y una alegría... Lo quiere ganar todo. Es un corredor para dominar durante muchos años. Eso sí, este año ha empezado a correr muy pronto y a ver si estas clásicas no le pasan factura.
—Más allá de Pogacar, estamos viviendo una época maravillosa para los aficionados. Van Aert, Van der Poel, Evenepoel… ciclistas valientes de los que les gusta atacar y poner la carrera al límite. Parece que las carreras están cambiando.
—Sí, cada vez es más como cuando corríamos en juveniles. Más estilo Contador. Tienen el potenciómetro, pero ves que corren más con el corazón. Ya no es lo que hacía el Sky. No le quito méritos a nadie, pero este ciclismo me gusta mucho más. Cuando ves a Van der Poel atacar a 70 kilómetros de meta o a Pogacar a 50 en la Strade Bianche... Habría que preguntarle a los ciclistas en activo qué les parece, pero a los aficionados nos hacen vibrar.
—En el ciclismo nacional después de unos años complicados llegan brotes verdes con Ayuso, Carlos Rodríguez o el propio Enric Mas que ya lleva un par de podios en La Vuelta.
—Tenemos motivos para estar ilusionados, sobre todo con Ayuso y Carlos. Pero es verdad que si te fijas en los otros... hay mucha calidad. Ayuso tiene 19 años, pero Evenepoel a su edad estaba ganando la Clásica de San Sebastián y era subcampeón del mundo de contrarreloj. Luego, Enric tiene calidad y ha demostrado que puede estar entre los cinco mejores en las grandes vueltas, pero me gustaría que fuese más ambicioso porque en el tú a tú es muy difícil que pueda ganar. Vamos a ver cómo evolucionan Ayuso y Carlos Rodríguez, son jóvenes y muy buenos.